M0nd0C0mic: Steve Gerber y su punto de vista sobre Zauriel

No se cómo se me pudo escapar esto, pero recién navegando sin rumbo fijo por el ancho mundo de la Red Internética encontré el blog de Steve Gerber. Gerber es uno de esos autores a los que siempre viene bien echarle un vistazo a lo que escriben, ya sea desde las aventuras de un discutidor pato de mal carácter o de las penurias de un adolescente convicto con poderes paranormales. Y encima si tenés la posibilidad de encontrártelo en alguna convención de comics, el tipo es realmente accesible y agradable. Bueno, la cosa es que me llamó la atención algo que escribió en su blog relacionado con su próximo trabajo en DC. Él se hará cargo de la nueva serie del Doctor Fate, y antes de eso ha escrito uno de los unitarios que llevarán al retorno de este personaje al Universo DC: el unitario correspondiente al ángel Zauriel. Veamos aquí la portada hecha por Michael Kaluta, y después sigo comentando:

Bien, la cosa es que Zauriel no era un personaje de su agrado. Es más, pensaba que era el peor concepto de personaje que alguna vez había oído. El posteo completo es realmente interesante, pero aquí les voy a poner un párrafo que da para pensar...

Cada uno de los que leen este blog, como también el tonto que lo escribe, vive dentro de un universo real totalmente lleno de misterios. Pequeños misterios, como “¿por qué toda la pelusa que se junta en el secarropas es púrpura?” o “¿por qué no podemos llevarnos todos juntos bien?”; misterios más grandes, como “¿por qué es la gravedad tan débil comparada a las otras fuerzas de la naturaleza?”; o misterios monstruosos, como: ¿Está la humanidad sola en el universo, o hay otras formas de vida inteligentes?... ¿Dios existe?... ¿Qué sucede después de que morimos?

En términos del Universo DC, la primera pregunta fue contestada en 1938, en la primera página del Action Comics #1. Superman nació en el planeta Krypton. Así, ipso facto, había - por lo menos hasta que Krypton estalló - otra vida inteligente en el universo. En los casi 70 años que pasaron, cientos sino miles de héroes y villanos extraterrestres han aparecido en el DCU, apareciendo en público tan a menudo como no, y no haciendo ningún esfuerzo en disfrazar sus orígenes.

Pensá en eso por un momento. En el universo DC, de forma opuesta al nuestro, toda persona en la Tierra sabe sin lugar a dudas que la vida existe en otros mundos. El Juan Nadie del DCU vive en un universo donde las historias como “Encuentros cercanos del tercer tipo” o “La guerra de las galaxias” o “Battlestar Galactica” o “Viaje a las estrellas” no causarían ninguna fascinación especial, ni siquiera a los niños. (Esto no está dirigido a DC. Pasa igualmente lo mismo en el universo Marvel. Tenemos Skrulls en el segundo capítulo de Los Cuatro Fantásticos. ¿Es que Sue, Johnny, y Ben no han tenido que hacerse la pregunta de “estamos solos” desde 1961?. No, ni ellos ni cualquier persona del pueblo del Universo Marvel.)

En el Universo DC, la segunda pregunta fue contestada inequívocamente con la introducción de Zauriel. Ahora pensá en esto por un momento. Desde que Zauriel apareció en escena, cada simple individuo que vive en el Universo DC ha sabido más allá de toda duda que existe el Dios de Abraham y que sus ángeles están mirando por sobre nosotros. Y, aunque algunos detalles han quedado un poquito borrosos, cada uno de los individuos que viven en el Universo DC saben que hay un Cielo y un Infierno. No “creen” - ¡saben!

Es decir que con el advenimiento de Zauriel, el Universo DC fue despojado de todo misterio. Con todas las grandes preguntas respondidas, la duda desaparece; la investigación espiritual y científica se deja obsoleta; la exploración del espacio externo - e interno - llega a ser insubstancial. ¿Qué nos queda ir a buscar? ¿El significado de la vida? No lo sabemos quizás, pero sabemos que Dios lo sabe, y, por lo menos en un sentido rudimentario, sabemos dónde encontrar a Dios - físicamente. Tenemos la dirección de Su Casa.

Así pues, naturalmente, cuando el editor Joey Cavalieri me sugirió que escriba el unitario de Zauriel que sirve de preludio a la serie del doctor Fate, yo vacilé - por un segundo, quizás dos. Entonces le dije “sí”. ¿Qué puedo decir? Supongo que me gustan los desafíos.