martes, enero 04, 2011

Requiem por la incoherencia

Bien, acaba de llegar a estas pampas la versión en español de la obra JLA: Cry for Justice, de James Robinson y Mauro Cascioli, aquí traducida como Requiem por la Justicia. Le volví a dar una oportunidad y releí este material para ver si la sensación que había tenido meses atrás cuando leí la versión en inglés me cambiaba o no, ya sabiendo lo que pasa en estas páginas... y debo decir que no me cambia en lo absoluto. Es más, creo que ahora estoy más indignado que antes.

Parece que hay escritores (o editores) que piensan que los superhéroes del universo DC para tener una historia interesante tienen que sufrir y replantearse su esencia para cambiarla o transformarse. Eso quizás haya funcionado para algunos héroes, para algunas historias, pero en estas páginas si me perdonan la expresión, Robinson da la sensación de mear fuera del tarro cada panel por medio. No hay un personaje cuya caracterización sea reconocible, y es más, se los ve completamente contradictorios a todo lo que han hecho en su historia (o simultáneamente en sus series regulares). O sea, que Hal Jordan ande buscando venganza es ridículo, ya que fue eso lo que lo llevó a convertirse en Parallax, y es lo que lo motiva en esta serie a formar una "Liga paralela" para ajusticiar a los villanos. Nada más fuera de lugar. Sumale a Supergirl llorando por nada, a Flecha Verde siendo el más racional de todos... Lo peor es que esta miniserie está integrada a la continuidad del DCU. Salvo que vengan dentro de poco y digan que hay un problema en la línea temporal (como parece que van a decir en la saga Flashpoint en las páginas de Flash), esta mini no tiene ni pies ni cabeza. 

Algunos la consideran del estilo de Identity Crisis, pero para mí nada más lejano que esto. El hecho que el escenario sea parecido (algunos héroes llegan a la conclusión que no es posible que se haga justicia tan sólo capturando al villano, dudan de sus ideales, debaten y se dividen, y en el final aparecen dudas morales y sed de venganza) no significa absolutamente nada. En Identity Crisis había una historia policial para dilucidar quién mató a Sue Dibny; aquí hay una sucesión de hechos (algunos que se pueden considerar simplemente golpes bajos efectistas) que les dan pie a situaciones que se darán luego de esta mini en el Universo DC (por ejemplo, el status y nuevo entorno de Green Arrow). Nada más que eso.

James Robinson en un pasado tuvo la gloria en sus manos cuando escribía Starman. Ahora no llega a hilar sucesos ni siquiera como lo hace Jeph Loeb. La única razón por la que vale no sólo leer esta obra sino tenerla es por el dibujo de Mauro Cascioli, excelente por donde se lo mire.

Insisto, no me va a extrañar si en unos meses borran de un plumerazo los extraños eventos sucedidos en estas páginas...

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