jueves, abril 30, 2009

Hablando de X-Men Orígenes: Wolverine

Bueno, vamos con lo que se va a hablar durante todo este fin de semana. Anoche fui a ver "X-Men Orígenes: Wolverine", el estreno del día esperado por muchos y con todos los efectos especiales puestos a punto (je). Desde el arranque tenemos que hacer una aclaración: cualquiera sabe antes de entrar a la sala para ver esta película que realmente el director tiene que hacer un esfuerzo supremo para conseguir defraudar al público. ¿Por qué? Porque está Hugh Jackman, y Hugh Jackman es Wolverine. Punto. Cuando el tipo aparece en escena, a nadie le queda ninguna duda: nació para ese papel. Puede hacer comedias, puede hacer dramas, puede bailar y cantar y los Oscars, y sin embargo él sigue siendo Wolverine. Si uno va al cine a ver una película de Logan y está él... ya tenemos al menos un 70% de satisfacción garantizada.


Bueno, ahora hablemos del otro 30%... Si relacionamos la película con los comics, el guión es una mezcla conveniente, azarosa y mercantilista de varias sagas del Universo X: las más notables son "Origen", "Arma X" y "Dios ama, el hombre mata". Con el pretexto de mostrar más y más mutantes en pantalla, al filme no le queda otra que transformarse en algo al estilo de una road movie: Wolverine va de acá para allá encontrándose con tal o cual personaje necesaria o innecesariamente.

Es una película con mucha acción. Vamos con un breve resumen. Todo comienza a mediados del siglo XIX cuando el niño Jimmy debe huir con su hermano Victor debido al primer ataque de las garras de Logan, y así se le da paso a otra de las grandes escenas de títulos de películas comiqueras en donde se resumen muchísimos eventos del pasado de los personajes para concentrarse después en el verdadero nudo de la historia (a la manera de Watchmen). Y vemos a los hermanos (sobre)viviendo batallas y guerras hasta llegar a Vietnam, que es donde Victor demuestra su imparable sed de sangre mientras que Logan comienza a rechazar esa brutalidad. Se les presenta William Stryker, un militar que en un comienzo parece un tipo simpático (al igual que lo que pasa en el filme "X-Men 2" pero encarnado por otro actor) pero que después resultará ser un terrible xenófobo con un plan maquiavélico detrás. Stryker comanda un equipo de mercenarios con cierta clase de poderes, y allì ya empieza el muestreo de mutantes en pantalla: aparecen Wade Wilson, John Wraith, Fred Dukes, Chris Bradley, y un oriental apodado Zero. Luego de una cruenta misión en Africa (que si miran bien, se supone que es el pueblo en donde nace Tormenta), Logan se separa del grupo por no estar de acuerdo con ese tipo de violencia. Así pasamos a seis años después, en Canadá, donde lo vemos feliz conviviendo con una bonita chica, trabajando de leñador. Cuando Victor regresa por venganza, luego de varios momentos desgraciados, Logan se ofrece al programa de Arma X, y ya sabemos que es lo que va a pasar. Ojo, no crean que les conté la película. Todo esto pasa en la primera media hora...

Las escenas de presentación de The Blob y de Gambito están realmente buenas, inclusive se ve que le están poniendo fichas (como es natural) a Gambito como para volverlo a incluir en próximas películas. Y Gambito se ve realmente bien en pantalla. Pero cuando aparecen Kayla Silverfox, Scott Summers, Emma Frost y muchos otros mutantes en el fondo y de relleno, ya es demasiado para mi gusto. Cuando había cameos de mutantes en las primeras dos películas de los X-Men uno disfrutaba de esto, pero ya para la cuarta peli de la franquicia cada cinco minutos te aparece alguien que es un guiño al espectador fana, la cosa se desvirtúa. Y quizás por el hecho de que esto es una precuela (sucede obviamente antes de las tres anteriores) el suspenso de saber qué le pasará a los personajes está perdido. Bueno, en realidad hay un sólo personaje que te puede crear algo de suspenso saber qué va a pasar con él, pero es mayor la indignación (por lo menos es lo que me pasó a mí): la adaptación al cine de Deadpool es espantosa, parece hecha con el mismo criterio con el que se adaptaban los villanos de Batman en las películas de los '90s. Totalmente injusto. Todo aquel que lee o ha leído alguna vez a Deadpool en los comics sabe que Deadpool no es Darth Maul. Parece que el guionista de este filme entendió que sí. Puntos en contra por esto, y como aparece cerca del final, arruina el todo de una manera notable.


De más está decir que no hay que irse del cine cuando están saliendo los créditos finales. Es más, empiezan a salir los créditos y a los pocos segundos se cortan y aparece una escena. Siguen saliendo los créditos y al final de todo, hay otra. La última es más importante que la primera (hablando por gusto de comiquero). Después no digan que no avisé.

Resumiendo, es una película que está bien, entretiene, no te va a parecer la mejor película del mundo pero te va a tener enganchado por casi dos horas.

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