jueves, abril 02, 2009

Monstruos y aliens tridimensionales no son lo mismo

Ayer tuve la oportunidad de ver en pre-estreno la película "Monstruos vs. aliens", la última animación hecha por los estudios Paramount-Dreamworks, los mismos que hicieron Shrek y Madagascar. La novedad del momento no estaba en la película en sí, sino en que era la inauguración de la primera sala de cine para películas en tres dimensiones en mi ciudad: El complejo Showcase del shopping Alto Rosario abrió una sala con proyector digital. Por lo tanto la expectativa que tenía era enorme... y no es que no haya visto antes una película en 3D, amigos (Es más, ya había visto Bolt durante mis vacaciones del verano pasado con este sistema). Pero el tener cerca una sala en donde pasen este tipo de películas pochocleras pone feliz a cualquier fanático del cine de entretenimiento.

Bueno, vayamos al hecho en sí. Esta película está hecha para atrapar a todo el público presente una vez que se calza los anteojos tridimensionales. Tiene una factura impresionante, impecable, el efecto tridimensional es de lo mejor que se pueda haber visto en pantalla. La idea de la película es evidente: este film funciona como tributo a esas viejas pelis "catástrofe" de los años '50 en donde aparecían mosntruos intergalácticos, enormes deformidades, mutantes radioactivos, etc. que pulularon en Hollywood (y Japón) durante la posguerra.

¿De qué trata esto? Cae a la Tierra un extraño meteorito, y una buena chica llamada Susan ve cómo bajo los efectos de la radiación alienígena su cuerpo se va agigantando paso a paso. Inmediatamente una oculta agencia gubernamental la encierra y la integra a un grupo de monstruos encerrados en una prisión secreta de máxima seguridad. Allí conocemos a un científico transformado en cucaracha, al eslabón perdido (que es una cruza entre gorila y pescado), un enorme bicho llamado Insectosaurus y una gelatina ciclópea llamada B.O.B., que comenzarán a convertirse en sus amigos. Hete aquí que estos son los monstruos, y todavía no hablé de los aliens. Obviamente que se viene una invasión extraterrestre... y sólo este impar equipo de monstruos podrá detenerla.

La historia se va desarrollando de manera simple y casi obvia, y es por eso que al terminar la película uno comienza a preguntarse esas mismas cuestiones que uno a veces tiene cuando abris un comic... ¿Tenemos que interesarnos más por lo que se cuenta o por cómo se nos está contando? En los comics, y pongo por ejemplo al Hush de Jim Lee y Jeph Loeb, pasa a veces que uno queda encandilado por un arte espectacular... pero si todo hubiera estado dibujado distinto, la historia no pasaba de ser una mediocre anécdota. Aquí pasa que al tener esta película un desarrollo narrativo tan convencional, uno duda que la experiencia alucinante de haberla visto en 3D - y que hace que yo recomiende que todo el mundo la experimente - sea similar al ver este filme en una sala de cine común, sin esta nueva tecnología.

Entonces, si tenés cerca una sala 3D en donde puedas experimentar el fragor de una invasión extraterrestre, la lucha entre edificios de monstruos y robots gigantes, un humor simplón enriquecido por la complicidad de "poder tocar las cosas", tenés que ir a ver esta película y disfrutarla a full. Si sólo tenés la chance de verla en un cine convencional, te aviso: esto no es Kung-Fu Panda.

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