miércoles, mayo 20, 2009

Vos tenés la palabra - Capítulo 7: El esclavo

Bueno, ¡llegó a la noche pero llegó! Hoy un Mondoamigo de fierro tiene la palabra. JPKaiser esta vez nos cuenta detalles y opina con fervor sobre una obra de Robin Wood y Alberto Salinas: Dago. No los entretengo con esta introducción, ahora la palabra es de JPKaiser:

Dago: El esclavo
por JPKaiser
Hablar de Dago es nombrar la obra maestra del guionista Robin Wood y el dibujante Alberto Salinas. Dago fue publicado por Editorial Columba (Argentina) en el año 1981, en la revista Nippur Magnum y reeditados sus primeros números en el año 1990. A esta edición me referiré.

"Las campanas redoblaron gravemente y su voz metálica, pesada, casi lúgubre se multiplicó en ecos por los viejos callejones en sombras, por sobre los viejos canales de aguas quietas, sobre los antiguos palacios agotados de tiempo... Venecia se acurruca en la noche helada. Gatos y fantasmas reptan por las tinieblas...un remo chapotea..." Así comienza Dago. Nos ubicarnos en las primeras décadas del siglo XVI y conoceremos a unos oscuros personajes, que se reunen y complotan contra un noble de apellido Renzi. Ellos son: el príncipe Bertini, el conde Barazutti, el banquero Kalandrakis y el espía turco Ahmed Bey. Renzi ha descubierto que Barazutti recibía pagos de Kalandrakis por información que era usada por los turcos en contra de Venecia (en guerra contra los franceses, españoles y los turcos) y decide denunciarlos de forma escrita.

A continuación nos presentan a César Renzi, un alegre joven y despreocupado noble veneciano ávido de noches de fiesta y diversión, junto a su mejor amigo Giácomo Barazutti. César, ajeno a toda traición, disfruta de su amada Ginetta, de su amigo Giácomo y del buen vino. No se percata del odio y la envidia que corroen el alma de Barazutti, ni del deseo de él por su prometida. Renzi acude a la cita que tenía con el príncipe Bertini, sin saber que está firmando su sentencia de muerte, pues ni se imagina que éste es un traidor. Le cuenta todo lo que sabe, y creyendo que su informe será entregado al Dux, se retira acongojado a su casa. Solamente él y la hermana de César saben sobre la traición de Giácomo Barazutti. Renzi, al no saber como contarle a César sobre los malos pasos de su amigo, le escribe una carta contándole todo con lujo de detalles. El joven, que venía cansado de tanta diversión, toma el sobre... sin saber que serían los últimos momentos junto a su madre, su padre y su adorada hermana. César duerme con una sonrisa en los labios... y los traidores preparan la matanza.

César es despertado por Giácomo para seguir la fiesta, a lo cual éste accede. Toma la carta que aún no leía y se marchan. Luego la casa de los Renzi se transformaría en un torbellino de sangre... los asesinos contratados hacen una matanza de la cuál no escapa nadie... los sirvientes, Renzi y su esposa, y la hermana de César... son muertos de una manera brutal. César, que paseaba en góndola, se sentía vivo y felíz; recordó que debía leer la carta de su padre, y quedó atónito al enterarse del complot en el cuál Barazutti era parte importante, a lo que Giácomo respondió "mírame César. Tú me conoces desde la niñez. ¿Crees que sería capaz de algo así?¿Crees que sería capaz de dañar a las gentes que más amo?". El joven Renzi no sabía que pensar... divagaba sobre lo que decía el papel... era algo irreal... si hasta hablaba sobre un noble misterioso cuyo nombre no se conocía. "Es el príncipe Bertini" le dijo el conde, y a continuación le clavó una daga a su amigo por la espalda; César trató de defenderse, pero era tarde... fue arrojado a las aguas.

Los Renzi fueron tratados como traidores, pues Bertini presentó documentos falsos que los hacía parecer que vendían información al enemigo, mientras César despertaba en un barco enemigo. Los piratas se burlaban de él, y le pusieron de nombre Dago. Ese sería su nombre de esclavo. Luego de estos sucesos, César Renzi ya no existía. Murió para dar paso a Dago. Un duro aprendizaje lo transformó en un superviviente, en un ángel de la muerte; pues toda persona que él amase, irremediablemente moriría. Abrazó su odio y se dejó consumir. Dago era una cáscara vacía...pero tarde o temprano eso le ayudaría a vengar a su padre, a su madre, a su hermana... y a él mismo.

A mi parecer, Dago es una obra maravillosa, que te atrapa desde un principio y no te permite abandonarla. Pienso que se debe al excelente trabajo de ese grande llamado Robin Wood, y obvio, a la soberbia parte gráfica, proveniente del maestro Alberto Salinas. Lástima que en Argentina no se siguió editando, al fundirse Columba. Pero eso no impidió que Dago fuese famoso en otros lados, como Italia, donde se siguen editando historias hasta ahora inéditas en lengua castellana. Una lástima.

0 comentarios: