Es una verdadera pena que este título no haya vendido lo suficiente como para seguir existiendo mes a mes, trayendo un costado irónico y humorístico al mundo de los superhéroes de DC. Convengamos que Plas se las arregló para llegar al número 20 de su serie regular no tanto por lo que vendía sino por los galardones obtenidos (ya tiene varios premios Eisner en su espalda y supongo que este año se llevará algún otro). La calidad que tenía en sus páginas era digna de ser notada (incluso en esos pocos números en donde apareció Scott Morse como artista invitado, la mejor opción para fill-in de Baker). Todo el tiempo el estilo cartoon de la serie y lo enajenado y descabellado de los guiones marcaron la diferencia con el resto de lo publicado en el DCU (y me atrevería decir en cualquier otro lado también). Vamos, si esta serie llegó a tener nombre y apellido, no era solo la serie de Plastic Man, era obviamente el Plastic Man de Baker. ¿Cómo olvidar ese viaje temporal en donde se encontró con Abraham Lincoln? ¿Cómo no destacar que al contrario de mantenerse al margen de la Crisis Infinita la parodió de una forma brillante, escapando de la oscuridad reinante en el DCU con cosas tales como la muerte ridicula de Billy Batson, los nuevos portadores del Espectro, las luchas sin remera con Ra's Al Ghul...? Los veinte números de esta serie pasarán a estar en mi repisa junto con las series canceladas de Chase, Resurrection Man, Major Bummer, y la Doom Patrol de Tan Eng Huat, demostrando que se puede hacer algo bueno y diferente cuando se arriesgan cosas creativamente.
Es una total bendición haberla leído, saber que la serie tuvo principio, medio y final, y que si uno es coleccionista puede tener la serie completa. 20 números de humor, locura y genialidad que recomiendo a todo aquel que quiera leer algo diferente dentro del género superheroico.
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