Mondoamigos, realmente estoy contento. La verdad que ya en lo que va de este año he visto películas mucho mejores que las que vi durante todo el año pasado, y eso que todavía creo que falta lo mejor.
Ayer me fui esperanzado a ver The incredible Hulk, o Hulk, el hombre increíble como le pusieron por acá, y la verdad es que las expectativas fueron plenamente colmadas. Y claro, si todos sabemos que el verde es el color esperanza, ¿no?
Era hora que podamos ver en la pantalla grande, gracias al CGI y a un guión que muestra lo que el comiquero quiere ver, al viejo y querido gigante esmeralda de pocas luces y pocas pulgas. Y qué bueno es verlo descontrolado, enorme, despeinado y rugiente. Yo quisiera aclarar aquí en este punto que la versión de Ang Lee a mí me gustó bastante; la ví como una interesante y novedosa forma de encarar a un superhéroe en la pantalla sin caer en los lugares comunes que hasta ese entonces se había caído al llevar un comic al cine. Pero Hulk es Hulk... y Hulk aplasta... y quizás eso le faltó a aquella versión como para no terminar de conformar a los espectadores. Era una versión que más que aplastar, era medio aplastada.
Aquí en esta nueva película el director Louis Leterrier (el mismo de la saga del “Transportador”) se atreve a hacer algo que no se porqué no se les ocurrió antes a otros directores de cine. Ante el dilema de si hay que reformular todo el personaje marcando un nuevo comienzo y filmar un nuevo origen del personaje, o continuar lo ya empezado pero con otro tono, decide cambiar ese origen que vimos en la película de Lee y simplemente contar durante los créditos del film el origen que la gente más conoce. En este caso... el de la serie televisiva. Y ahí uno se percata que lo que hace Leterrier es darle reconocimiento a esta serie, inspirarse de ella y hacer un especie de tributo de lo mejor que tenía. Y así vemos aparecer en pantalla a Bill Bixby, a Lou Ferrigno, a esa clásica musiquita de fondo y al Banner que huye continuamente de todos los lugares que frecuenta. Pero hace esto sumándole aditamientos comiqueros que ahora se pueden realizar gracias a los efectos especiales y antes no. Más aún, no desconoce al filme anterior, ya que en realidad continúa desde el punto en que nos quedamos en su final, con Banner en Brasil escondiéndose del ejército del General Ross, experimentando para hallar una cura para su condición. El trabajo de Leterrier como amalgamador de todo esto es digno de destacar (No puedo evitar hacer un comentario sobre algunos posibles o probables errores de continuidad en la peli, como el de la persecución en la favela brasileña que comienza a pleno día y al dar vuelta una calle se vuelve la noche más profunda, pero bueh)
De más está decir que el casting de esta película es impecable. Nada se puede agregar sobre Edward Norton, Tim Roth y William Hurt que no se haya dicho antes. Un elenco solvente como éste hace que la película sea creíble y eso es lo que más se disfruta, sobre todo cuando el personaje principal se transforma en un monstruo verde de cuatro metros de alto. Los cameos son geniales (como siempre aparece el viejo Stan, y si su aparición en Iron Man era fabulosa, aquí es insuperable) y los guiños comiqueros están en cada centímetro de celuloide (Mondoamigos, se puede afirmar que en esta peli presenciamos el origen del Líder, abriendo la posibilidad de tener el villano para la segunda parte, y eso pone a más de un fanático en estado de shock orgásmico) .
Hulk aplasta, aplaude, patea, rompe, y nosotros disfrutamos las casi dos horas que lo tenemos delante nuestro.
Antílopes
Hace 10 horas.
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