jueves, mayo 29, 2008

Desembrollando la Crisis Final según Mondocomic

Bueno Mondoamigos, el día final ha llegado. Ya salió el primer capítulo de la Crisis Final.

Antes de comenzar con el posteo, vamos con un par de asuntitos...

1) Este humilde blog se llama Mondocomic, y al costado superior derecho dice "donde vas a leer antes lo que vas a leer después", así que de acá en adelante se hablará de cosas que suceden en la Crisis Final (bah, te la cuento toda) y para algunos esto podrá ser una fuente reveladora de sorpresas que les quitará la idem sobre lo que leerán más adelante (sobre todo si leen sólo las versiones en español de lo editado por DC). No insulten si lo que leen o ven en alguna imagen les arruina alguna sorpresa... (Y si insultan, insúltenme a mi directamente que mi madre no tiene nada que ver).

2) ¿No tuviste la oportunidad de leer aún este comic y tenés ganas de echarle un vistazo antes de tenerlo en tus propias manos? Metete en este link y sabrás que hacer. De nada. Ah, la piratería es delito, así que después conseguite la versión impresa que es mucho más linda y mejor para leerla en el baño.

Bien, listo. Vamos a los bifes.

Si quisiéramos hacer un resumen de esto, esta Crisis Final empezó prometiendo... pero sin bombos ni platillos. Ni siquiera tiene un final como para decir "GUAAA!!!". En eso, el final del comic "DC Universe 0" es mejor, con esa sugerencia casi poética del regreso de Barry Allen al DCU. Pero vamos por el principio.

Como dijo Morrison, todo comienza con Anthro. Anthro es el primer muchacho que pisó la Tierra (según la Biblia de Kirby) y para decir verdad era simplemente un cavernario cualquiera... hasta que se encuentra con Metrón, y éste le da "el conocimiento". Vemos de repente a otro grupo de cavernarios (entre los que yo reconocí a Vandal Savage, que muestra una notable predilección por las coloradas) y Anthro marca su territorio con fuego, que evidentemente aprendió a hacer gracias al Nuevo Dios de la Silla. Los otros monos no entienden nada. Lindo comienzo, casi digno de 2001: Una odisea espacial.

De ahí saltamos a esas páginas que fueron ya vistas en la web (y puestas aquí en Mondocomic) en donde vemos a Turpin encontrando a un Orion moribundo (en realidad muriendo, y está bueno el detalle de ver al Black Racer en el fondo cuando muere), vemos a John Stewart acudiendo a un llamado, y a Renée Montoya viendo esos cielos rojos sangre llenos de rayos... ¿cómo seguirá esto?

Hal Jordan se encuentra con John Stewart analizando la escena del crimen, donde está el cadáver de Orión. Los enanos de Oa (perdón por la falta de respeto, pero bueh) se ponen como locos frente a la muerte de un Nuevo Dios, y parece que las cosas se van a poner espesas porque esto parece asunto entre dioses buenos y dioses malos. De repente pasamos a una escena en donde vemos a un grupo de Titanes descartables (Spark, Empress, Mas y Menos) que muerden el polvo emboscados por el Doctor Light junto a Mirror Master... ¡mientras parte de la Liga está ocupándose de un piquete de villanos! Ahi nos enteramos que hay una reunión de malos organizando una sociedad secreta de malvados. Esta es una de las escenas más interesantes a mi gusto, escrita con tono completamente Morrisoniano, en donde este escritor escocés muestra cómo conoce a cada uno de los personajes y cómo deja en claro cada una de sus personalidades. En esa reunión sucede algo que viene sido avisado desde hace rato en la red, algo que iba a suceder tarde o temprano debido a los acontecimientos sucedidos en la miniserie Salvation Run. ¿Y qué pasó ahí? Los villanos atrapan al Detective Marciano que estaba infiltrado entre ellos. ¿Y qué pasa acá? Lo matan.


Supongo que lo mataron por el espantoso uniforme que usaba desde la crisis anterior, y volverá dentro de poco bajo un fashion emergency. Bueh, sigamos.

Pasamos de ahí a seguir a Turpin a un bar en donde se encuentra con el nuevo Tattooed Man, que lo lleva hasta donde está el Dark Side Club... y acá es donde viene otro enganche: nos encontramos con las versiones de los Nuevos Dioses que Morrison inventó en la miniserie de Mister Miracle de los Seven Soldiers. Vemos que Darkseid es una especie de Kingpin, un mafioso tremendo que tiene a dos guardaespaldas musculosos llamados Kalibak y Kanto. La cosa es que Turpin se quiere hacer el guapo, pero Darkseid es Darkseid y es más malo que un dolor de otitis, y se revela de una forma maligna en una escena digna de una película de terror de John Carpenter.

De ahí pasamos a un primer plano de Superman con cara de eunuco, reunido con Batman, Diana y demás ligueros, hablando sobre el grave problema que pueden causar estos Nuevos Dioses. Ahí deciden poner a la Liga en Condición Ámbar (supongo que será una cosa entre Rojo y Amarillo, bah, algo como para estar prevenido, de colores no entiendo demasiado). Mientras tanto los Green Lantern Corps están patrullando la zona del crimen, o sea la Tierra conocida como Nueva Tierra (en donde pasan las series regulares, ¿me entendés?)

Entonces vemos a unos monitores monitoreando un bolillero enorme lleno de Tierras, 52 para ser exactas (o 51 luego del Countdown). Ahí nos enteramos que el monitor que monitoreaba la Tierra esa que se hizo pomada, es castigado por no haber monitoreado la zona como corresponde a todo buen monitor, y lo mandan a vaya a saberse donde (bah, en la última página se sabe). Y pegada a esta escena aparece una romántica digna de la Trilogía Nefasta de Star Wars (ya saben, las últimas 3 que jamás debieron ser filmadas) en donde una monitora llora por el monitor perdido. Aaah.. que emotivo. Pasemos a otra cosa.

Volvemos a Anthro, que está cocinándose una rata (ahora que sabe prender fuego está hecho un loco) y dibujando señales modernas en el piso, y ¡ZAMBOMBA! se le aparece Kamandi (con estatua de Libertad y todo) pidiéndole que le de lo que Metrón le dió. El pibe Anthro no entendió nada. Y luego vemos despertarse como de una pesadilla al monitor exiliado, en un cuarto normal y como un joven normal, en la Tierra en donde pasan las series regulares, con la tele prendida en donde se ve a Green Arrow clamar por venganza por la muerte del marciano. Fin.

¿Y qué pasó entonces? Mucho, y nada. Nada, y mucho. Muchos planteos, muchas promesas de lo que se vendrá. Nada que te despeine completamente, nada shockeante. Pero hay que reconocer que está bien escrito, como era de esperar, y que el arte está fabulosamente fantástico. Un comienzo para calentar motores, pero que no calienta demasiado. Esperemos a ver qué pasará en el segundo capítulo...

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