jueves, febrero 15, 2007

Nunca ames a una araña radioactiva

ADVERTENCIA: En este posteo se revela alguna sorpresa de la miniserie Spider-man Reign de Kaare Andrews.



Bien amigos, me sentí en la obligación de aclarar de lo que iba a tratar este posteo porque en este humilde bloguete esta miniserie trajo alguna que otra discusión desde el primer día en que vimos una de sus portadas, mucho antes de salir al mercado. Y la verdad que ver a Spider-man abrazado a una lápida en la que se leía Mary Jane Parker era algo fuerte. Y eso que en ese entonces no se sabía como había muerto la chica...

Al principio sonaba a consecuencia de la Civil War, pero luego se supo que era una ilustración de esta esperada miniserie de Kaare Andrews (lo que no quita que la pobre pelirroja no siga estando en peligro dentro de la continuidad marveliana). Al pasar los meses, cuando la gente tuvo el primer capítulo de esta obra en sus manos, siguió la discusión. Voces escandalizadas se alzaron cuando vieron que a Peter Parker, ya de anciano contando esta historia, se le veía el órgano genital al levantarse de una cama (el pito, bah). Como sabemos, el público (norte)americano es bastante sensible con respecto a las cosas sexuales (y no así con las violentas) y se armó un tole-tole que llegó al punto de que la editorial se vió en la necesidad de hacer una segunda edición con ese panel retocado, sin pitulín.

Sin embargo, otros lectores comenzaron a opinar que estábamos frente a una obra semejante al Dark Knight returns de Frank Miller, paralelo que surge evidentemente al ver que aquí se hace una revisión de un personaje en su etapa madura al final de su carrera como superhéroe. Y es innegable la influencia del Dark Knight Returns en Andrews, ya que en las páginas de Reign aparece un personaje llamado Miller Janson (una conjunción de los apellidos de los creadores del DKR Frank Miller y Klaus Janson). Pero bueno, ¿qué obra de superhéroes no estuvo influída parcial o totalmente por el Dark Knight desde los noventas hasta ahora? Quizás Reign iba a ser nada más que un calco marveliano para nuestro amigable vecino Spider-man de la bati-obra cumbre de Miller.

Pero amigos, aquí se dió un paso más allá. Y vuelvo con lo que mencionaba al comienzo de este posteo: Mary Jane está muerta. ¿Y cómo murió? ¿La mató algún villano cuando descubrió que era la esposa del arácnido? No. ¿Murió de anciana o por algún desgraciado accidente? No. ¿Se suicidó? No. ¿Saben qué la mató? Su amor. ¿Y cómo es eso? En el capítulo 3 de la miniserie, nos enteramos que Mary Jane murió de cáncer, un cáncer originado por haber sido expuesta durante años a fluidos radioactivos... Si, ella muere por haber estado en contacto con el esperma de Peter. Guau. Esto sí que es dar un paso bien adelante. Algo que parece haber sido sacado de la más fervorosa y bizarra discusión entre comiqueros en un bar apareció en las páginas de una revista. ¿Cómo Marvel decidió dejar contar semejante historia? Realmente no puedo imaginarme una reunión editorial en donde se le haya dado el visto bueno a esta obra protagonizada por el personaje marveliano favorito de los niños y que este año seguramente recaudará toneladas de dinero cuando llegue su tercer largometraje a los cines. Ojo, y aclaro antes que se me malentienda, no puedo imaginar cómo esta obra llegó a bateas pero aplaudo el hecho que haya llegado. Hay que tener huevos (como los de Peter Parker en el capítulo 1) para plantear semejante situación dentro de un mundo superheroico. Y encima de todo esto, la forma en que aparece contado es de un tono macabro pocas veces visto anteriormente dentro de una obra popular de las grandes editoriales: Peter le habla al cadáver de su esposa (muerta hace tiempo) y llega a decirle "Como una araña, reptando dentro de tu cuerpo y dejando miles de huevos de cáncer... Yo te maté."

Obviamente, ya hay voces gritando en toda la web despotricando en contra de esta obra, otras señalándola como una obra maestra. Pero lo importante es que esta miniserie no les ha sido indiferente a todos aquellos que la vienen leyendo. Y eso para mí habla bien de la misma.



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