Una entrega hiperviolenta

Hace unos meses atrás un amigo me mostró un comic brasileño bastante particular, que le había impactado por su arte. La verdad es que impactaba desde el comienzo. Cuando abrí ese tomo me encontré con un arte lleno de energía, dinamismo y una estética bastante particular. Desde ese momento quise que ese libro estuviera en mi colección, pero bueno, no es fácil conseguir una edición brasileña por estas pampas aunque estemos tan cerca. De más está decir que cuando leí que Dark Horse iba a publicarlo en inglés no lo dudé un momento y me lo encargué. Insisto, Mesmo delivery de Rafael Grampá no podía faltar en mi biblioteca.

La historia podría enfocarse como si fuera un capítulo de The twilight zone pero con la mirada hiperviolenta de un Tarantino o de algún truculento director de cine oriental. El arte te remite inmediatamente al ultradetalle de Geoff Darrow, pero con una vuelta de tuerca a lo Basil Wolverton, todo muy extraño, muy deformado, entre lo desagradable y lo atrayente. Esto hace que el estilo sea potente e implacable. Pero todo esto sería casi nada si no fuera por la narrativa visual de la obra: encuadres inesperados, cambios de ritmo narrativos geniales, una tensión que va in crescendo panel tras panel hasta quién sabe dónde.

Si uno se pone a simplificar lo leído podríamos decir que es el cuento del encuentro en un bar de la ruta entre un camionero que en su pasado fue boxeador e imitador de Elvis y un grupo de imbéciles borrachos que se va al carajo (perdonen mi francés). Hay acción, humor y horror, y cuando lo terminás de leer querés volver al principio para releerlo y apreciar todos los detalles de la obra. Maravilloso.

La edición de Dark Horse incluye un par de pin-ups y algunos bocetos originales que hacen que uno no extrañe tener la edición original. Realmente, si pueden echenlé un vistazo a esto. Y aléjense de la carretera.