En estos días salió editado el último número de No Hero, una miniserie controvertida de Warren Ellis y Juan José Ryp por la editorial Avatar. Ya el hecho de mencionar a Ellis nos hace prestar atención a este material. En lo particular, mi experiencia con el material de Ellis no es siempre la misma: A veces leo cosas de su autoría que me parecen genialidades, y otras veces me encuentro con cosas completamente abominables. Y les digo entre nosotros que lo editado por Avatar agrupa mucho de lo que para mí es espantoso. No obstante, hay que reconocerle que Ellis se ganó su lugar en el Olimpo de los Grandes Creadores de Comics en estos tiempos. Lo amas o lo odias, pero no te va a pasar inadvertido, y quizás eso es lo que está buscando en su experimentación via editoriales independientes.
Esta serie es la segunda mini de una trilogía que explora lo que convierte a un ser en superhombre, haciendo uso de una violencia explícita e irrestricta con un tono oscuro y negativo que hace que el clima de esta obra sea entre frenético y depresivo, ante la falta de una solución óptima para detener la conflictiva situación planteada y lograr un futuro posible.
Aquí nos cuentan que en 1966 un grupo de superhombres surgió en San Francisco, guiado por el hombre cuyas drogas nuevas y únicas les dieron poderes increíbles. Se autodenominaron The Levellers, y le hicieron frente a los crímenes callejeros y a la corrupción defendiendo su ciudad contra cualquier agresión. Pero los años pasaron y en este presente, cuatro encarnaciones después, los idealistas Levellers se convirtieron en The Front Line. La historia sigue a Joshua Carver, un muchacho que es reclutado para convertirse en parte de este grupo de héroes. Carver no está preparado para ser uno de ellos, ya que la droga que le fue suministrada para obtener sus poderes aparentemente lo va enloqueciendo, y comienza a eliminar a sus compañeros. Eso sería un resumen sencillo y simple de lo que aquí ocurre. Lo que realmente sorprende es la forma y la ultraviolencia de todo lo que vamos presenciando. Probablemente esta mini quede en los Anales de la Historia del Comic (y en los recuerdos de los lectores que la hayan encarado) como esa historia en donde un personaje le arranca la columna vertebral a otro para conectarla a su ingle como un sustituto del pene. Después de ver esto... ¿de qué te podés asombrar? ¿cómo seguir una historia en donde pasa esto a más de 20 páginas de terminar la historia? Bueno, aquí Ellis se las arregla para seguir con la carnicería y dejar un mensaje en el proceso.
Esta mini de Ellis te deja pensando, cuando lográs terminar de digerir esa sucesión casi infinita de violencia y horror, en las consecuencias de aceptar responsabilidades con un poder al que no podés manejar del todo. Quizás esta deconstrucción del superhéroe sea menos digerible que la que está realizando Mark Waid en su Irredeemable, pero es totalmente válida e interesante de leer. Juan José Ryp crea con su arte una visión espantosa y atrayente, plena de detalles, de sangre, tripas, cuerpos desmembrados, ojos saltando... mucho gore que esta vez no se siente exagerado... quizás excesivo pero necesario para esta historia. Supongo que leer esto escuchando de fondo a una banda como Tool no desentonaría. Obviamente esto no es la Liga de la Justicia, ni Excalibur, ni Youngblood, ni siquiera The Authority. Y ni se te ocurra leerla mientras estás comiendo algo... Yo ya estoy esperando el tomo recopilatorio.
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