domingo, enero 06, 2008

Doctor 13: Arquitectura y mortalidad

Qué contento estoy de que este libro haya sido uno de los primeros comics que he leído este año… y qué triste a la vez de no haberlo hecho el año pasado, pues hubiera estado en los primeros puestos de lo mejor que he leído. Pero bueno, basta de lamentos y vamos al rescate de la que es una de las mejores consecuencias de la reestructuración del Universo DC en estos últimos años. Esta narración apareció serializada como historia secundaria dentro de las páginas de la miniserie de ocho capítulos protagonizada por el Espectro llamada Tales of the Unexpected. Pero esto no tiene nada que ver con esa búsqueda de justicia y paz interior que hace Crispus Allen para aceptar de una vez por todas cargar con el manto del Espectro. Nada más lejano. Es otro tipo de búsqueda, mucho más inteligente y trascendente, bajo el disfraz de una loca aventura de un puñado de personajes perdedores que nunca han visto (ni verán?) la fama dentro del mundo de los comics.

Los otros días junto a mis amigos comiqueros estábamos hablando justamente sobre la obra de Brian Azzarello. Parecería que las obras de Azz (y dejenmé llamarlo así) se leen mejor recopiladas que mensualmente, que en tomos recopilatorios su trabajo adquiere otra dimensión, otro color (cosa que más de uno de ustedes podrán haber verificado leyendo 100 Bullets: leerlo (bi)mensualmente es muy bueno, pero en tomo recopilatorio es bastante mejor). Este trabajo no es la excepción, es más, al dejar de ser una historia secundaria dentro de un comic y transformarse en una obra de un solo tomo recopilatorio le da una fuerza y un vínculo tan profundo con el lector que hace que podamos apreciar por completo lo que se quiso hacer desde este relato. Y este relato no es otra cosa que revolución. Golpe de estado. Rebelión. La voz de la minoría sojuzgada. Una genialidad.

Esto no es novedad dentro del universo comiquero, amigos. Desde hace más o menos veinte años el comic ha adoptado entre sus herramientas a la autoreferencia y al meta-comentario. Gente como Alan Moore, Grant Morrison y John Byrne lo han usado a la perfección en sus obras, y también otros que no pienso recordar aquí han abusado de esto, buscando de forma adrede la complicidad del lector con lo que está leyendo. Pero qué lindo es volver a encontrar un comic que usando sutilmente estas herramientas se pone en el bolsillo al lector dentro de una historia en apariencia simple, graciosa y divertida para hacerlo reflexionar sobre los violentos cambios editoriales y la importancia de la bendita continuidad de los personajes por sobre los recuerdos que gente como vos y yo tenemos de aquellas historietas ingenuas que leíamos de chicos.

Bueno, todo lo que dije y todavía no mencioné de que se trata esto. Veamos… aquí nos encontramos con el Doctor 13, un investigador paranormal y escéptico profesional, que de buenas a primeras se encuentra junto a su hija Traci rodeado de unos personajes bastante particulares: el Captain Fear, un pirata fantasma que habla estereotipadamente; el emocionalmente torturado Andrew Bennett (mejor conocido como I… Vampire); Genius Jones, un niño que puede responder cualquier cosa que se le pregunte si se le dan 10 centavos (porque se ha leído absolutamente todos los comics que existen); un gorila Nazi parlante de la Patrulla Primate; Anthro, el primer muchacho sobre la Tierra; el espíritu de JEB Stewart de las historias del Haunted Tank; y de la Legión de Super-Héroes, la bella y peligrosa Infectious Lass. ¿Y por qué se reúnen estos personajes? ¿Por ser personajes que uno no podría llegar a tomar en serio porque pueden ser graciosos o ridículos? No, se reúnen porque se ven amenazados por los Arquitectos, que no creen que estos personajes deban existir. Y no dudarán en entrar a la historia para asegurarse de que no existan más. Enorme es nuestra sorpresa de ver cuando estos pobres personajes enfrentan a estos omnipotentes entes que estos no son otros que Geoff Johns, Grant Morrison, Greg Rucka, y Mark Waid, los “diseñadores” del Nuevo Universo DC, escondidos detrás de las máscaras de sus héroes predilectos. Estos cuatro "villanos" no consideran que estos personajes deban sobrevivir en la nueva diagramación del Universo... Ahí nos damos cuenta que estamos leyendo un “panfleto” de la Resistencia, oyendo la voz de aquellos escritores que no están de acuerdo con estos cambios. Insisto, una genialidad. De alguna forma Azz convenció a los popes de DC que le dejaran contar esta historia dentro del Universo DC (en donde por un momento incluso se coquetea con el incesto), y lo mejor de todo conseguir que salga publicada, ¿no?.

Resumo entonces, es una historia completamente divertida e inteligente, majestuosamente dibujada por Cliff Chiang con trazos limpios, agradables y claros, que realmente se hace necesaria de leer en estos tiempos de Crisis, Cuentas Regresivas, Guerras Húlkicas y Civiles, etc. No lo duden ni un instante si pueden echarle un vistazo. Y como muchos saben u oyeron por ahí…. un comic en donde aparece un gorila parlante y Nazi no puede ser malo, amigos.

Repito: qué bueno haber comenzado el año leyendo esto.

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