miércoles, febrero 11, 2009

Vos tenés la palabra: Capitulo 3 - Señal y ruido

Un nuevo miércoles entre nosotros, y como ya es costumbre Mondocomic te da la palabra. Nuevamente tenemos el placer de encontrarnos con el_bru, que esta vez nos hace conocer su visión de cierto trabajo de Gaiman & McKean. Que la disfruten, y a opinar. Ah, y si tenés alguna reseña comiquera ya sabés que los miércoles vos tenés la palabra:

Signal to Noise: lo sentido ¿sin sentido?
por el_bru

Con Watchmen pisando fuerte de nuevo parece que una vez más se va a reafirmar ese lugar que el cómic se merece, se va a reconocer que en el cómic se pueden hacer cosas de altísimo valor narrativo (“Ésto es literatura” me dijo alguien al devolvérmelo, y yo le dije “No, es un cómic”).
Yo quiero recordar a otro cómic que me parece que le dio una dimensión nueva al cómic en general, en tanto lenguaje.

Signal to Noise se empezó a publicar tres años después de Watchmen, casi al mismo tiempo que The Sandman, de (de pie): Neil Gaiman y Dave McKean. Y es raro lo que pasó: recién el año pasado hubo una reimpresión en Inglaterra que tiene cierto lujo (portada nueva, sendos prólogos y varias páginas extra). Y en EEUU, Dark Horse todavía tiene en catálogo la impresión del ’92 (la primera). Mientras que ya hubieron varias reimpresiones de The Sandman y Watchmen.

Pero no quiero extenderme más con cuestiones de imprenta. Al menos me voy a contentar con argumentar por qué Signal to Noise debería ser, cuando menos, más recordada fundamentalmente por su contenido… o algo parecido.

El argumento es simple: Signal to Noise (en adelante StN) cuenta la historia de un cineasta al que le diagnostican una enfermedad terminal y de cómo pasa sus últimos días. ¿Nada más? No.
Bueno, sí. Algo más: Dave McKean.

El cómic (en tanto lenguaje fuertemente visual) tendría ciertos problemas para enfrentarse a los relatos psicológicos, porque es esencialmente un arte dieguético (narra acciones). En el cómic siempre debe haber personajes llevando a cabo acciones; pero es más difícil (para el lenguaje visual) esbozar ideas, sensaciones (los puntos fuertes del relato psicológico). Pongámoslo en una frase escandalosa: el relato psicológico, para el cómic, sería el antirrelato.
¿Y entonces? Entonces, Dave McKean.

Voy a tratar de explicarme: StN es, a mi entender, un relato que pone en tema la cuestión de la significación y lo hace desde el título: las palabras “señal” y “ruido” (lo comunicativo y lo anticomunicativo por antonomasia) coexisten en una misma frase y no están contrapuestos, por el contrario, “to” es una preposición transferencial (como nuestro “para”); el titulo ya está previendo que el ruido puede tener una señal o que puede llegar a ser una señal.

Después, en cada página, el artífice de todas las señales ruidosas o del ruido que señala es Dave. Un ejemplo: Primer capítulo, el cineasta recuerda cuando le diagnosticaron la enfermedad. En el primer cuadro de esta secuencia hay “algo azul”. La secuencia total es un zoom out de la radiografía. La doctora le señala al cineasta una mancha en la radiografía. Para él son todas manchas, no sabe cuál lo va a matar pero termina aceptando que existe. Una radiografía (señal) llena de manchas (ruido). “¿Qué es señal? ¿Qué es ruido?”, se preguntaba el cineasta poquito antes.

En StN se pone en tensión lo que se tiene en cuenta y lo que no de un mensaje, pero también se cuestiona si el mensaje tiene un contenido, un sentido último e indivisible, desde varios costados. Veamos al menos dos.

Al principio el cineasta está dando una conferencia y dice que las películas que hizo nunca lo dejaron del todo conforme porque el producto final (el mensaje) no es idéntico a lo que tenía en su cabeza (“Ahí están las películas de veras” dice). Entonces habría una diferencia, una interferencia (ruido), que produce un cambio entre lo que se quiere decir y lo que se dice.

Pero también hay una interferencia entre lo que se dice y lo que se interpreta, que aparece en una cuestión de estilos: la narración alterna entre lo que le pasa al cineasta y algunas secuencias de la película que está armando en su cabeza; el color que utiliza McKean para las secuencias de la película es una paleta de azules. Pero cuando la productora, Inanna, lee el guión de la película (que nos pone en escena al final la misma secuencia con la que empieza el cómic) la paleta es de marrones. Otra interferencia.

Algún crítico literario escribió que la estrategia de Borges para armar sus ficciones era utilizar al cuento como motor para poner a funcionar conceptos filosóficos. StN funciona exactamente igual: tanto desde el soporte gráfico como del verbal, se tensiona en cada página un concepto central de la filosofía del siglo veinte (la comunicación). Por eso, y porque no muchos otros cómics lo logran tan satisfactoriamente, creo que StN es un cómic que debería formar parte de ese canon obligatorio de todo comiquero.

Pero lo que yo digo pueden tomarlo como quieran.

0 comentarios: