Todo concluye al fin, nada puede escapar…
Eso decía esa vieja canción, y nada más acorde sonaba en mi cabeza al momento de escribir estas líneas. Es que terminó “52”, la serie con la que DC Comics se arriesgó al lanzar nuevamente después de mucho tiempo un producto semanal. Un producto que sería escrito por cuatro de sus mejores escritores (incluyendo al mejor escritor de comics de este momento a mi humilde criterio) y protagonizada por… nadie. ¿Y saben qué? A mi me encantó.
Hay que confesar los pecados. A pesar de conseguirme mis 52 revistas impresas en un bonito y colorido papel, no pude evitar jamás el bajarme por internet los escaneos que aparecían el mismo día en que salía la serie en Estados Unidos para leerlos antes. ¿Por qué? Por que esta serie me enganchó de una manera especial, indescriptible para mí. En algún momento traté fríamente de analizar por qué había pasado esto con esta serie protagonizada por… nadie. ¿Cuál era el por qué de no sentir una excitación tan grande por otras lecturas mensuales que también seguía al mismo tiempo?
Vamos a ver… Ah, desde ya que si estás leyendo esto y no querés enterarte mucho - o poquito, o nada - de esta serie hasta que salga su versión en español (que ya saldrá, por supuesto) este es un buen momento para dejar de leer esto.
Un año sin Superman, sin Batman, sin Wonder Woman. Sonaba a un desafío creativo muy interesante. ¿Cómo hacer que los lectores queden atrapados por una historia que no incluye a la Santa Trinidad de DC? Y es más… ni siquiera figuraban Flash, ni Green Lantern, ni Aquaman, ni el Martian Manhunter, como protagonistas. Esa es una de las razones (y quizás sea la más importante) de por qué esta serie tuvo éxito. Trabajar con personajes por los que nadie daba un centavo (por lo tanto los escritores pudieron matarlos, dejarlos inválidos, hacerlos enamorarse, hacer buenos a los malos y malos a los buenos) y hacer que ellos les interesen, les importen y les preocupen al lector promedio es un logro editorial importantísimo. Y como fanático comiquero, ver nuevamente en primera plana a The Question, a Booster Gold, a los Metal Men, a los villanos del Capitán Marvel, a Lobo, a Adam Strange y sobre todo a Animal Man (¡y nuevamente en manos de Morrison!) me hizo disfrutar cada una de las páginas de esta historia.
Y si, porque 52 fue una historia con principio, medio y final, pero a la vez su final es un comienzo, un trampolín a lo que vendrá, un generador de nuevos proyectos protagonizados por cualquier tipo de personajes. Lo que logra 52 es realmente darle un cierre a lo comenzado con la Crisis Infinita. Y más aún, ya no veo a la Crisis como un gran evento, sino como el preámbulo de 52, el suceso real que configura nuevamente al Universo DC.
Como consecuencia de 52, tenemos nuevamente múltiples Tierras por las que preocuparse, pero no son infinitas. Y no es un “volver a empezar, pero con cuidado para no tener que emparchar luego”, sino que es un Universo vivo… o mejor dicho un Multiverso, fluyendo como la vida, en donde los golpes de Superboy y los aleteos de Mr. Mind escriben y reescriben los minutos transcurridos.
¿Dije “aleteos de Mr Mind”? ¿Pero Mr Mind no era un gusanito telépata enemigo del gran Queso Rojo? Si, y como todos sabemos los gusanos se transforman en mariposas, y como sabemos el aleteo de una mariposa puede causar un terremoto en Japón. O borrar una línea temporal. O devorar un mundo. Y esa es solo una de las geniales ideas que se desarrollan en 52. Podrás estar o no de acuerdo con algunas de las cosas que 52 plantea (el paso del manto de The Question o el nuevo status de Ralph Dibny, por ejemplo), pero lo que tenés que reconocer es que nadie – ni vos ni yo, ni ningún grupo de ultrafanáticos de internet, hablaba o se preocupaba tanto de estos personajes hace un par de años atrás. Y ahora están de vuelta entre nosotros.
52 como ya dije es una historia que te atrapa, un experimento editorial anual que salió muy bien, y por sobre todo es un comienzo… porque ya comenzó a correr la cuenta regresiva. Acaba de salir el primer capítulo de la nueva serie semanal de DC Countdown, que saldrá durante un año. Tiene bastante que ver con 52, y a la vez es muy distinta. El viernes habrá un comentario del primer número en Lecturas para el fin de semana, amigos. Y si consiguen que sea tan entretenida como 52, la meta ya va a estar cumplida, al menos para mí.
Sanctuary
Hace 13 horas.
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