viernes, mayo 11, 2007

Lecturas para el fin de semana - Vol. 18

Countdown #51
de Paul Dini, Jesus Saiz y Jimmy Palmiotti
DC Comics


Bueno, los otros días puse un posteo acerca de 52 y su gran final. Y me aguanté más o menos una semana para poner lo que pensaba. Hoy no me aguanto a esperar que termine Countdown para contar lo que me pareció el primer capítulo. Como tampoco me aguanté y lo bajé por la red antes de que me llegara la version impresa (pero bueno, hay una página MySpace casi oficial de DC en la que a partir de hoy se puede bajar el capítulo completo). Bien, entonces… ¿de qué la va Countdown? Digamos que en cierta forma es algo diametralmente opuesto a 52. Es obra de sólo un escritor (Paul Dini), y no de cuatro mentes que hacen un brainstorming colectivo para generar ideas, por lo que esto parecería que estará más concentrado. No cuenta lo que pasa en un mundo sin los grandes super-héroes ni tampoco cómo les cambia la vida a un puñado de héroes de segunda línea que son ascendidos casi a primera, sino que aquí nos encontramos con la primera línea de supertipos del Universo DC enfrentándose a un problema que probablemente les cambie sus historias (y por lo que se vislumbra, sería ese cataclismo que fue anunciado décadas atrás en las páginas de Kamandi). Y no tenemos a Black Adam, ni a Mister Mind ni a Egg Fu como los villanos a combatir, amigos… acá están de regreso y con todas las de la ley Darkseid y el Joker. Si con esto sólo no me alcanzaba para engancharme, lo que me terminó de capturar por completo es la presencia de los Monitores como una especie de Patrulleros de la Continuidad, sueltos por ahí y metiéndose en las 52 Tierras eliminando a escopetazos a los que saltan de mundo en mundo, a los que se escaparon de la Muerte o a cualquiera que desafíe a las leyes de este Multiverso… Ya hay una primera víctima de estos Monitores, y es una pieza puesta en juego por el mismísimo Darkseid. Yo ya me excité por demás al leer esto, esperemos que esta serie semana a semana me mantenga la adrenalina en alto como lo hizo este primer capítulo.




Regreso al Laberinto #1
de Jake T. Forbes y Chris Lie.
Deux Manga


Cosa extraña e inesperada esta edición. Acaba de salir editado en Argentina por Deux Comics (la editorial que más números "uno" ha editado por estas pampas últimamente… a todo esto, ¿alguien vió algún número 2 editado por Deux?) esta curiosa historieta que no es otra cosa que la secuela “oficial” de la película Laberinto (y a casi veinte años después). Antes de hablar del contenido, voy a hablar de la forma. Salió impresa en lo que yo llamaría “formato mini-manga”, más pequeño que los manga que edita Ivrea, como para poner una referencia (No es el formato en el que Tokyopop editó esta historia el año pasado en Norteamérica). Creo que está justo al límite, editar algo en un formato más chico sería insalubre para la vista (y ya hay que hacer fuerza para leer algunos globos aquí). El librito entra cómodo en un bolsillo de un pantalón vaquero o de un saco, así que esto sería positivo para todos aquellos que viajan mucho en colectivo y necesitan leer algo en sus largos viajes diarios, ¿no?. Bien, pasando al contenido … ¿Qué se cuenta en esta secuela? Bueno, creo que para comentar esto, hace falta recordar de qué trataba Laberinto. Esta película nos contaba la historia de Sarah, que tenía un mundo imaginario de fantasía mucho más interesante que su vida ordinaria, y encima sufría grandes celos por su hermano recién nacido, Toby. Una noche ella desea que el Rey Duende de sus fantasías se lleve a su hermanito, y sorprendentemente eso sucede. Jareth, el Rey Duende, le ofrece a Sarah la oportunidad de hacer que Toby regrese a su hogar, si ella resuelve su laberinto antes que se le termine el tiempo. Así comienza la aventura. Regreso al Laberinto está enfocada en Toby, que ahora va a la escuela secundaria, y Jareth que está por jubilarse de su cargo de Rey. Él necesita un sucesor, y tiene en mente a Toby para cubrir el cargo. Obviamente Toby no quiere saber nada de esto, pero parecería que no tiene forma de evitarlo. Y mientras se va desarrollando esta primera parte de la historia, volvemos a encontrarnos con parte del elenco orginal de Laberinto: el feo Hoggle, el monstruoso Ludo, y el zorrito Sir Didymus aparecen aquí para acompañar a Toby, y es de suponer que mientras transcurran los hechos formarán una parte importante de los eventos por venir. La verdad es que algo entretiene, pero no tiene la fuerza que tiene la película, y probablemente leer esto te cause algo de nostalgia y ganas de volver a verla (y si no la viste, andá corriendo a un video club y alquilatela). Sobre todo porque en este manga no están ni David Bowie ni Jennifer Connelly

Astérix: ¡El cielo se nos cae encima! (Astérix Nº33)
de Albert Uderzo.
Editorial Salvat

A pesar que esto suene cursi debo decirlo: Encontrarse con un nuevo libro de Astérix es reencontrarse con ese nenito que uno lleva adentro, ese que perdía tardes enteras disfrutando con la lectura sobre un pueblito de la Galia que le hacía frente a Roma, a Egipto, a los Vikingos… bah, a quién se le pusiera enfrente. Son personajes que están encarnados en uno, adosados al alma, y que siempre estarán presentes al momento de armar mentalmente una Biblioteca Comiquera Perfecta. Está de más decir que luego de la muerte de René Goscinny allá por 1977 la calidad de los guiones dejó de ser la misma, pero siempre por más floja que sea la historia alguna sonrisa aparecerá en nuestros corazones. Y eso ya es algo valioso. En esta historia - que si nos la ponemos a pensar es más acorde a un guión para Los Pitufos que para Astérix, ya que pasa casi toda dentro de la aldea - Astérix, Obélix y el simpático Idefix se percatan que todo el pueblo ha sido paralizado (excepto ellos, claro) debido a la presencia de una enorme bola dorada que flota en el cielo. De ella surge un extraño personaje, muy parecido a Mickey pero sin orejas ni nariz, llamado Karh Tun (que se lee “cartoon”) y viene del planeta Dyswalt (Dys-Walt… Walt-Dys… ¿me entendés?) sutil, todo muy sutil), que vino a la Tierra con un ejército de superhéroes clonados con la cara de Bush (si… si…) para detener la amenaza de los Namgas (Nam-gas… Man-gas…o sea). Bueno, obviamente se arma un altercado entre cartoons, mangas y los galos (de más está decir que Uderzo se muestra más del lado de los cartoons que de la “amenaza” Manga). La historia no es para nada sólida y cae por momentos en obviedades, y se extraña un poco como ya dije la mano de Goscinny en el relato. Pero gráficamente los galos lucen como siempre, impecables, de trazo preciso y cuidado hasta el último detalle de cada una de sus páginas. Si nunca leiste nada de Astérix, date un palazo en la cabeza como castigo de mi parte y andá corriendo a cualquier librería a comprarte “Asterix y Cleopatra” o “La cizaña”. Si ya leíste algo, esta historia te va a entretener. Si ya tenés los 32 libros anteriores, este no te tiene que faltar.

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