Pensemos lo siguiente: podrás estar cansado de la Tía May, de las idas y venidas de Mary Jane, de las muertes y resurrecciones de villanos, del uso y abuso del personaje, de que lo desenmascaren, lo vistan de hierro, lo vistan de negro, etc, pero si te gusta el Hombre Araña vos lo vas a seguir leyendo. Y es más, sabiendo que todo lo que fue escrito con la mano lo pueden borrar con el codo, igual a veces te emocionás con su historia y te preocupás por el personaje, ¿no?
Ahora pensá en esto: podrás estar harto de la cara de palmito de Orlando Bloom, del mentón sobresalido de Kiera Knightley (aunque la mina está buena), de que si te ponés a pensar el guión general (uniendo las tres películas de la saga) te encuentres con un embrollo incoherente y sobrecargado, que cada vez que vas a ver una de piratas se te borra la raya del trasero por lo larga que son las pelis, etc, etc, etc. Nada de eso importa cuando aparece Jack Sparrow en escena. Eso es tener carisma, amigos. Poder sostener no una, sino tres películas con solo carisma. Bueno, y unos efectos especiales y de maquillaje espectaculares.
De más está decir que esta tercera parte continúa directamente en donde dejamos a la pareja de piratas tortolitos, con el plan de ir a rescatar a Sparrow de entre los muertos en donde se lo llevó el Kraken. Para eso se unen al Capitán Barbossa y a los tripulantes más simpáticos del Perla Negra, y buscan la ayuda de la Corte de la Hermandad de Piratas. Mientras, del lado de los malos, nos encontramos con la endiablada unión de Lord Beckett, el jefe de la Compañía de Indias, y de Davy Jones, el pirata con barba de tentáculos. Bueno, y las cosas van y vienen, y van y vuelven a ir, pero siempre de un modo ameno y simpático, entretenido pero, como ya dije antes, nada coherente.
Esta tercera parte me gustó más que la segunda, y reafirma a Gore Verbinski como uno de los mejores directores de cine de aventuras que existe en estos momentos. Hay mucho mucho efecto digital, pero tan bien usado que a veces ni se nota. ¡Y entre tantos efectos especiales además aparece Keith Richards, ja!
Otra cosa destacable es que esta trilogía de piratas inesperadamente pasó de ser una películita sobre un antiguo juego de Disneylandia a estar del lado de la trilogía del Señor de los Anillos en cuanto a nivel cinematográfico se trata. ¿Quién iba a pensar que una saga de piratas con tintes de comedia y aires de drama shakespeareano iba a causar semejante revuelo en las taquillas del cine de este nuevo milenio?
Ah, un detalle. Es sorprendente ver cuando empieza el logo de Disney a todo esplendor (ese castillo de Cenicienta brillando entre fuegos artificiales) y a los dos minutos de eso, ver cómo ahorcan a un niño... Disney ha cambiado bastante, amigos. Y esa escena de ahorcamiento queda un poco descolgada en la película... si te vas antes que terminen de salir los créditos finales. Creo que esa escena del comienzo está puesta para abrir una posible ventana a una cuarta parte de esta saga de piratas. (Si te fuiste antes y no la viste, buscala en YouTube...)
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