La segunda venida hace esperar por una tercera

Bueno, hablemos un poco de la Liga de la Justicia.

Este es uno de esos títulos que se ve totalmente perjudicado con el concepto de continuidad. Algo de eso comentó hace un tiempo atrás el escritor Dwayne McDuffie (y esto trajo como consecuencia que ya no sea el escritor de esta serie). Es prácticamente imposible de entender que un título protagonizado por los superhéroes más reconocidos y amados del mundo entero no esté ubicado en los primeros puestos de ventas mensuales. Esto para mí es por culpa de la bendita continuidad: no se puede usar a tal o cual personaje de esta forma o de esta otra porque en su serie está pasando por determinadas situaciones que restringe la libertad de usar los grandes (y medianos) íconos. Así el comic de la Liga pasa a ser una revista en donde de vez en cuando aparecen Supes, Batman y Wonder Woman, pero en realidad se cuentan historias de Vixen, Firestorm o Canario Negro. Y también convengamos que escribir este título después que lo tuvo Grant Morrison varios años en sus manos y dejar a todo el mundo satisfecho no es algo fácil de realizar.

Pero bueno, llegó a mis manos el libro Second coming, que reimprime los capítulos 22 a 26 de la actual serie regular de la Liga. Como advertí antes, este libro se divide en dos grandes historias relacionadas entre sí: la primera está enfocada en Tornado Rojo y la razón por la cual no estaba funcionando correctamente, y la segunda parte está focalizada en Vixen y el por qué sus poderes estaban fallando. En resumen, dos historias que nos revelan las razones de las fallas de dos miembros secundarios de la Liga.

Ojo, no quiero que se me malinterprete. Las historias de McDuffie son entretenidas, están bien contadas, excelentemente dibujadas por Ed Benes (y en particular hay una participación del gran Doug Mahnke que me agradó de sobremanera). Pero extraño leer esas historias en donde la Liga se enfrentaba con invasiones alienígenas (por más que acá esté la presencia de unos viejos conocidos del espacio exterior), con manadas de monos, o con científicos locos, y en donde todos los miembros de la Liga tengan la oportunidad de justificar su presencia en ella.