Seguimos esta tarde de domingo con el racconto de todo lo publicado semanalmente relacionado con El Día Más Brillante en las páginas de los comics de DC. Esta semana nos encontramos con dos títulos que nos dan exactamente lo que nosotros podíamos esperar de ellos antes de leerlos, lo que es bueno para uno y no tan bueno para el otro.
Vamos por partes. Si hay alguien que demuestra que no piensa dejarle ni un segundo de respiro a los lectores fanáticos de DC, ese es Geoff Johns. Luego de terminar Blackest Night y de habernos dado una muestra de lo que vendrá en el capítulo cero de Brightest Day, esta semana se descuelga con el Green Lantern #53. En este capítulo no hace más que plantearnos cómo quedaron los Linternas luego del final de la Noche Más Negra y delinea las distintas realidades (o líneas argumentales) que se encararán durante este día más brillante, con ese tono sólido y claro con el que viene mostrando ya desde hace rato que la serie de Linterna Verde es una de las mejores que uno puede leer mensualmente dentro del género super heroico. Si alguien tenía dudas sobre si este título iba a decaer luego de Blackest Night o si Johns había puesto toda la carne al asador durante todo el año pasado, bueno, este capítulo no hace más que demostrar lo contrario.
El capítulo comienza con una siniestra y tétrica escena de una conversación telepática entre Hector Hammond y un personaje hasta ahora anónimo que deambula en el planeta Ryut encadenado. “El futuro no está escrito” se dice en un tono amenazador, y eso hace que uno comience a excitarse ante lo que vendrá. De allí sin anestesia vamos a una escena de amor que se torna acción entre Hal y Carol, luego vemos a Larfleeze encarando a Lex Luthor buscando lo más preciado en la Tierra, vemos a los Linternas Azules encargándose de los caídos en batalla, y a Ganthet junto a Guy visitando a Atrocitus en una escena que deja un cliffhanger triple (si, triple) hacia otras tres series regulares. De más está decir que Doug Mahnke sigue tremendamente afilado en estas páginas, armando unas atmósferas impresionantes con su arte sin igual.
La serie que aún no se ve demasiado iluminada en este día brillante es Justice League of America. Aquí en el capítulo #44 bajo este sello de Brightest Day tiene la oportunidad de reinventarse una vez más. El problema es que… ¿cuántas veces más se va a reinventar manteniendo casi la misma estructura que venía teniendo últimamente? A pesar que nos duela a los fanáticos, este comic categoriza como “malo” en estos días. Por más que entren y salgan personajes, acá las cosas vienen mal barajadas. La formación de esta Liga es bastante lamentable. Si el equipo de superhéroes más importante del Universo DC tiene como personaje más importante a Dick Grayson haciendo de Batman, y actuando bastante distinto que en las páginas de Batman & Robin, estamos frente a un gran problema.
La única Liga que funcionó con personajes de segunda línea fue la gloriosa JLI de Giffen & DeMatteis, y esto fue así sobre todo por el tono de esa serie. No se tomaba en serio y era una comedia de situaciones. En la serie que tenemos en estos días hay situaciones, sí, pero más que una comedia es una telenovela. Una telenovela en donde hay un gorila y un tipo azul, pero una novela al fin. James Robinson dedica este capítulo a mostrar las habilidades del trabajo en equipo de esta JLA y explorando su dinámica interpersonal con diálogos bastante torpes y evidentes. ¿Y cómo se le ocurre comenzar a Robinson? Mostrando a los Ligueros entrenándose contra versiones holográficas de sus enemigos en una sala que hay en la Watchtower… O sea, no estamos leyendo la Liga sino los X-Men de Chris Claremont. Después hay un encuentro con Etrigan y una escena de la JSA que sirve a modo de presentación de un cliffhanger al que todos esperamos si leímos las páginas del Brightest Day #0. Hasta ahora, nada nuevo en las páginas de la JLA, y esto es realmente triste.
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