viernes, septiembre 01, 2006

"Cómo pasé mis vacaciones de verano con el Contrato de Judas" de Brad Meltzer

Bueno, vamos por algo nuevo y distinto...

Lo que voy a poner aquí es algo que he leído, me ha gustado y me ha emocionado muchísimo. Es un ensayo escrito por Brad Meltzer (escritor de bestsellers y guionista de Identity Crisis, Green Arrow y Justice League of America) que es una muestra cabal del amor que profesa este autor por los comics. Lo que hice fue traducirlo al castellano para que todos los Mondolectores pudieran tener acceso a esta magnífica prosa (desde ya perdonen si no le hago verdadera justicia, los que lean en inglés pueden leer la versión original cliqueando en este link). Espero que sientan lo mismo que yo al leer esto. Quizás pienses "uf, que largo este posteo", pero dale una chance. No te va a defraudar en lo absoluto.


Cómo pasé mis vacaciones de verano con el Contrato de Judas
por Brad Meltzer (publicado originalmente en Give Our Regards to the Atom-Smashers)

Yo tenía catorce. Ella dieciséis. Yo tenía el pelo largo, cortado a la taza (con crines a los costados, de onda). Ella tenía su pelo rubio cortado como un muchacho Holandés. Yo estaba en plena pubertad. Ella era bastante más experimentada. Yo era inocente. Ella, también (o así lo parecía). Su nombre era Terra (alias Tara Markov). Y ella fue la primer muchacha que rompió mi corazón.

Dicho simplemente, ella me mintió. Y no estoy hablando de las mentiras estándar de la escuela secundaria (“Vos sos definitivamente mi mejor amigo”, o “Nunca le dije a Julia Lerner que vos eras gordo”.). Estoy hablando de algo más siniestro. Terra me traicionó. Ella me engañó. Ella clavó un cuchillo en mi vientre y me rebanó hacia arriba hasta el fondo de mi corazón. Y a los catorce años, amé cada minuto de ésto.
Para volver un poquito atrás, y darle un poco de fondo con la esperanza de que, cuando mi madre lea esto, ella no sienta la culpabilidad materna que la hará pasar todo el año próximo de mi vida preguntándome “Quién era esta Tara Markov, y cómo nunca me hablaste sobre ella?”, aquí va un breve resumen. En diciembre de 1982 el comic “New Teen Titans #26” fue publicado, introduciendo a Terra, una chica de quince años problemática que fue el primer nuevo miembro de los Jóvenes Titanes. Déjenme poner una cosa bien en claro: esto era una cosa muy importante para mí.
En 1982, los Nuevos Jóvenes Titanes, escritos por Marv Wolfman, y dibujados oh-tan-exquisitamente por George Perez, eran de lejos el mejor comic del mercado (eso es así, lo digo -- y sí, tipo sabihondo, estoy enterado que los X-Men de Byrne-Claremont fueron publicados al mismo tiempo). Compuesto de los super héroes menores del universo DC., el grupo de los Titanes mezclaba a personajes de siempre tales como Robin, Kid Flash, y Wonder Girl, con los nuevos personajes Cyborg, Starfire, Raven, y Changeling (un joven chistoso de quince años verde (sí, verde) que podía mutar en animales verdes (sí, verdes, y sí, animales). Mientras tipeo estas palabras, recuerdo que los comics sufren siempre pérdidas al ser re-contados, pero te lo juro, la alquimia entre Wolfman y Perez creó un vehículo para las historias que redefinieron lo que era la caracterización en un comic. Seguro, los Titanes le ganaban a los tipos malos, pero el comic estaba basado por sobre todas las cosas en las relaciones entre estos jovenzuelos que fueron dotados con bastante energía como para demoler a golpes una montaña. Y vos pensaste que tu pubertad fue difícil.
Lo que nos trae de regreso a Terra. Cuando la invitaron a unirse, los Titanes eran una familia. Siete miembros. Y ahora había un octavo. Como te había dicho, era una cosa muy importante --imaginate a Ringo diciéndole a los otros Beatles: “Ey, amigos -- ¡Conseguí un quinto genial para tocar el tamborín!”. No obstante, fue aceptada sin mucha queja. No olvidemos que así es como funcionan los super equipos. Miembros se van. . . miembros vienen. Incluso Batman y Robin se separaron (el Robin original, fanático). No hay Beatles en los comics.

Mientras Terra pasaba el tiempo con el grupo, irreversiblemente aparecían algunos que dudaban. ¿Ella encajaría? ¿Ella se uniría al equipo con buenas intenciones? ¿Pero yo? Yo era como Changeling – simplemente apabullado.
No me avergüenzo de esto. Tenía doce cuando ella apareció por primera vez. Wonder Woman era demasiado vieja, y Wonder Girl era lo bastante madura como para salir con un tipo con barba. Maldición, ¿dónde estaban las chicas adolescentes a las que les gustaban los chicos inseguros, aparatosos, que usaban vaqueros Lee como yo? Y entonces, desde el cielo azul de George Perez, viene esta rubia quinceañera que hablaba rápido con superpoderes tales que podría controlar la Tierra en sí misma. Más vale que creas que el piso alrededor de mis pies fue sacudido. Seguro, ella intentaba hacer explotar a la Estatua de la Libertad, pero éso fue solamente porque los terroristas amenazaban con matar a sus padres si ella no hacía caer a la Señora Libertad. No obstante, ella no deseaba hacerlo -- ¿te acordás de las palabras? ¡No quiero hacer nada de esto! Mira los viejos comics. Había lágrimas en sus ojos mientras le pedía Changeling que permaneciera lejos. No me lo hagas más difícil, ella pedía. ¡¡Por favor!! No hay dudas, ésta era una muchacha que necesitaba ayuda. Ella necesitaba a alguien que viniera a socorrerla. Ella me necesitaba.
Pasamos rápidamente al capítulo veintiocho. Terra robaba un banco. Como antes, su corazón no aceptaba ésto. Incluso ella se disculpó ante Changeling mientras lo atacaba. . . . Estoy realmente apenada que tenga que hacer esto una y otra vez, había lágrimas. ¡Malditas lágrimas! Derritieron mi corazón de puber de la misma forma en que Fire Lad lo hace con una barra Klondike. Maldito mundo, ¿¡no puedes entender que ella sólo lo hace para salvar a sus padres!?

Por supuesto, los Titanes entendieron, y la ayudaron a derrotar a los terroristas, sólo para enterarse que sus padres ya estaban muertos (!). Con una rabia fuera de control, Terra clamó por venganza, agarrando a los terroristas con un puño enorme hecho de roca. Como los bandidos pidieron misericordia, mi muchacha los exprimió aún más. La Tierra se sacudía. Ella era tan poderosa, ella comenzó un terremoto. Mis jóvenes ojos se abrieron de par en par mientras el puño de piedra apretaba --No podría creerlo--ella realmente iba a matarlos. Pero como todos los héroes verdaderos, Terra miró directamente al abismo y no le gustó lo que vió. Cayendo en sus rodillas, ella le demostró a los bandidos la misericordia que nunca ellos le dieron a sus padres. Una vez más mi corazón cayó a plomo--Terra tenía quince años y estaba sola en el mundo. ¿Nadie oyó lo que ella decía en las páginas finales? Me siento. . . tan sola. Y entonces, Changeling miró esos ojos azules tristes, recién huérfanos y dijo exactamente lo que pensaba mi cerebro de doce años: “No tenés que hacerlo, Terra. Yo estoy aquí.” (Yo no soy un tipo de enfatizar las cosas, pero amigo, lo hubiera hecho así.) El cartel de la portada del capítulo decía: “Introduciendo a Terra! Ella es amiga -- ¿o enemiga?” ¡Amiga! Grité. ¡Amiga!
Tengo que felicitar a Wolfman y a Perez. Ellos sabían lo que hacían. Buscando el gen de caballero en armadura radiante que es inherente en cada lector masculino de comics (oh, vamos, ¿por qué pensás que leemos este material?), ellos conjuraron a la señorita perfecta en peligro, después caminaron hacia atrás poniendo nuestras piernas en la trampa de metal. El primer paso fue hecho. Introduciéndola como víctima, nos hicieron sentirla. Pero entonces levantaron las estacas. Seguro, ella estaba apenada, pero estaba lejos de necesitar ayuda. De hecho, cuando Changeling intentó ayudarla, ella no sólo que lo rechazó, sino que realmente lo golpeó en la cara, lo llamó nerd, y se fue. Pensá en eso por un momento. ¿Tenés idea lo que un personaje femenino fuerte le hace a la psiquis de un chico de trece años? ¿No? Entonces dejame darte más datos y explicar.
En 1981, en el corazón de Brooklyn con acento neoyorquino, mi dilema social más grande era decidir entre Karen Akin y Ananda Bresloff. Las listas de enganches (o sea, los grados de popularidad que era pasados de boca en boca decidiendo nuestros destinos sociales) estaban claras: dadas las opciones “Bueno”, “Bastante Bien”, y “Asco”, Karen y Ananda me habían catalogado como “Bueno”. Incluso en quinto grado, “Bueno” era una buena señal. Ahora la pelota estaba en mi campo. ¿Cómo yo las catalogaría? Seguro, habíamos cambiado listas al mismo momento, pero solamente un tonto pondría en una lista a alguien antes de saber cómo lo tenía catalogado. No te equivoques, quizás fui lo bastante tonto al pensar que mis medias de tubo altas hasta la rodilla estaban bien, y también lo bastante inseguro como para querer usar un colgante de oro a lo macho Italiano en mi cuello aunque era judío, pero yo no era ningún papafrita. Y por eso, les di Karen y Ananda sus respectivas listas.

¿Hiciste la lista? Me preguntaron.
Por supuesto, les dije.
Pero cuando miraron lo que decía, esto es lo que vieron:
Muchachas – catalogalas como “Buena”, “Bastante Bien”, y “Asco”.
Darlene Signorelli - “Bastante Bien”
Randi Boxer - “Bastante Bien”
Danielle Levy - “Bastante Bien”
Ananda Bresloff -
Karen Akin -

Esto es cierto, amigo. Las dejé en blanco. ¿Con quién pensaban que estaban tratando? Había leído demasiadas historias de Lex Luthor—cada número de "Adventure Comics" y los maxi-libros de gran tamaño-- para caer en alguna trampa simple. No exponía mi corazón hasta que sabía que era una cosa segura. Y por eso, armado con mi reciente ranking de “Buenos”, sabía entre quiénes iba a decidir. Tiempo de hacer una elección.
Así es como las veía yo en quinto grado: Ananda era realmente linda, agradable, hablaba suave, y realmente lindo. Karen era ruidosa, tenía una cara llena de pecas, y gracias a su hermana mayor, parecía tener de lejos más experiencia que cualquiera de todos nosotros en la clase mixta. Ella sabía escribir en cursivo antes que cualquier otro -- y nos contó a todos lo que era una mamada. Ella era dura también. Más importante, ella se rió de mí y me empujó. Incluso en ese entonces, la opción estaba clara. Ahora tan sólo tenía que darles la noticia.

Es el último día de clases de quinto grado en la escuela 206. Había pasado semanas yendo y viniendo entre listas de enganches que dejaban un espacio en blanco en los puntajes de Karen y Ananda. Pero hoy iba a ser el día en que todo iba a cambiar. De hecho, si juntaba el valor necesario a tiempo, podía llegar a elegir a mi primer novia. El reloj hacía tictac hacia las tres. El año escolar ya casi se había ido. Por siempre melodramático, esperé hasta que la campana final sonara. Recuerdo poner mis pequeñas marcas en las columnas apropiadas, después cerré de golpe el libro con la lista antes de que cualquier persona consiguiese echarle una ojeada. Mientras que todos nos dirigíamos hacia las puertas, inundando el patio de la escuela, le di el libro de nuevo a su dueña. Todavía la recuerdo pasando rápidamente las hojas de un tirón para ver mi respuesta. Ella miró hacia arriba cuando lo vio: Karen – “Buena”; Ananda – “Asco”. Aún antes de que cualquier persona pudiese reaccionar, yo -- siendo el alma joven y valiente que era – salí eyectado del patio y fui directo a mi hogar sin hablar con nadie. A la mañana siguiente me fui para el campo. Dos meses pasaron antes de que tuviera que enfrentarme a mi decisión. ¿Era un cobarde o un genio? Lo único que sabía era que, cuando volví a Brooklyn a principios de septiembre, Karen era mi novia, aunque ella me presionaba y me intimidaba por completo.

¿Qué tiene esto que ver con Terra? Dicho simplemente, yo era un tipo para Karen, no para Ananda. Era quizás masoquismo de joven; era quizás tan sólo amar ser dominado -- pero cuando tuve que elegir en ese entonces, yo deseaba a la chica dura. Karen era dura – razón por la cual rompimos pronto después. Entonces, en junio de 1983, mi papá perdió su trabajo y mi familia se mudó desde Brooklyn a Miami, Florida. Cuando llegamos, no tenía ni un solo amigo, mucho menos una novia. Ninguna Karen. . . ninguna Ananda. . . nada. Fue más o menos en ese tiempo cuando Terra se unió a los Titanes. A primera vista, ella era dura también. Y ella tenía superpoderes. Ella le gritaba a Changeling y definitivamente lo presionaba. Sin ninguna duda, ella podría patearla a Karen Akins en el culo. Con suerte, ella podría patearme el culo. Y con ese punto débil que ella tenía por la muerte reciente de sus padres. . . no tomó ni tres capítulos para que Wolfman y Perez alcancen su meta. . . Ahora yo era un tipo para Terra.

Reíte si querés, pero era un gran metejón. La generación de mis padres amó a Lois Lane, que necesitó siempre a su Super-hombre. Yo amé a Terra, que nunca me necesitó, nunca me deseó, y podría haberme sepultado bajo cincuenta toneladas de roca si realmente la molestaba. Olvidate de Canario Negro en sus medias de red. Aquí estaba alguien de mi edad, herida por la pérdida de sus padres y buscando un amigo del alma. Era una combinación potente para nosotros, los jóvenes lectores de comics. Antes de que Madonna hiciera que las mujeres fuertes tuvieran onda y Gwen Stefani las hiciera calientes, Terra fue la primer chica oficial para la Nueva Generación. De hecho, amor verdadero.



En los siguientes seis meses de mi vida, miré como la buena y feliz familia de los Jóvenes Titanes le daba la bienvenida a esta endurecida huérfana en su seno. Ella les ayudó a luchar contra la Fraternidad del Mal, Thunder y Lightning, e incluso contra el enemigo más temido de los Titanes, Deathstroke. Cualquier duda que tenían sobre ella fue silenciada rápidamente. Mes tras mes, Terra puso su vida en juego por el equipo. En seis capítulos (toda una vida en los comics, o de un día, dependiendo de la línea argumental), ella fue uno más de los Titanes, enredada en sus vidas personales casi tanto como lo estaba en la mía… Entonces vinieron las páginas finales de New Teen Titans #34.

Nunca lo olvidaré -- era una página del lado derecho, colocada perfectamente de forma tal que la sorpresa no sería revelada hasta que los lectores dimos vuelta ocasionalmente pasando los anuncios publicitarios de DC Comics. Di vuelta la página y allí estaba: ¡en una vivienda en demolición, Terra se reunía en secreto con Deathstroke! Su cara estaba encendida con una mueca de sonrisa oscura que nunca había visto en ella. ¡Mi Dios, trabajaban juntos! Mis ojos permanecían clavados en su máscara, la cual ella hacía girar con cuidado alrededor de su dedo indicador. Mi mundo giraba tan rápidamente como eso. ¡Era como si Batgirl se acostara con el Joker! Ella trazaba la caída de los Titanes junto a su enemigo más grande. ¡Yo confiaba en ella! ¡Yo estaba allí por ella! ¡Y como a ninguna otra creación de comics que hube leído, y digo esto de la manera menos espeluznante posible, yo la amaba! ¡Y ahora, ella llegaba a mi garganta y me arrancaba el corazón hacia fuera para su propio disfrute! ¡Terra, cómo pudiste traicionarme así!?

Y ahora, una palabra desde la realidad. . .. Bueno, no fue así tan malo -- pero no deseo abaratar el momento. Puedo aún recordar a mi estómago hundirse hasta mis testículos. En el mundo de los comics, nada como esto había sucedido antes. Seguro, siempre hubo héroes que fueron revelados más adelante como villanos. En Marvel, los Vengadores lo hacían cada semana: Habrá. . . ¡Un traidor entre nosotros! Black Panther y Wonder Man originalmente estuvieron allí para infiltrarse en los Vengadores. . . Falcon fue creado por Red Skull para matar al Capitán América. . . incluso Snapper Carr tomó un lugar horrible en la Liga de la Justicia. Pero el final de esas historias era siempre igual: el supuesto villano (Black Panther, Wonder Man, Falcon, Snapper) recobraba sus sentidos y salvaba el día. Sin embargo, en el caso de Terra. . . esta muchacha no sólo se infiltró en los Titanes -- ella realmente deseaba matarlos. Y lo mejor de todo, mientras los meses transcurrían, Wolfman y Perez nunca dieron un paso hacia atrás en su decisión. De hecho, capítulo a capítulo, levantaban la apuesta en las despreciables acciones de Terra. Para el momento en que terminaron, Terra no sólo trabajaba junto a Deathstroke, ella dormía con él. Mostrame si Black Panther hizo algo así.

Para mi cerebro de trece años de ese entonces, todo eso era demasiado. No me malentiendas, yo no estaba molesto por lo que ella hacía. Vamos, yo tenía catorce. Ella fue la primer femme fatale verdadera en mi vida. Estaba caliente. Puedo todavía recordar la sombra barata de sus ojos que le ponían cuando ella estaba en modo villana, fumando un cigarrillo como una joven rubia Britney Spears imitando a Marlene Dietrich haciendo el porno malo de los años ochenta. Había incluso tipos de tacones altos dispersos por todo el piso cerca del (ojo con esto) asiento puff. Tan aterrorizante. . . pero de alguna manera. . . tan pícaro. Lo que me trae de nuevo a mi vieja novia, Karen Akin.

En agosto de 1984, hacía ya casi un año que vivía en Florida. Ahora era el chico nuevo que se sentaba en la fila media de la clase. Nadie sabía mi nombre. Seguro, había hecho algunos amigos, pero nadie como Karen, Ananda, o ninguna de las otras muchachas de Brooklyn. Todo lo que tenía era a Terra. La única pregunta era: ¿cómo iba a terminar todo esto?

El capítulo final del Contrato de Judas fue publicado en "Tales of the Teen Titans Annual 3" durante ese mismo verano de 1984. Fue titulado "Finale". Para entonces, todas las tarjetas estaban sobre la mesa en la torre de los Titanes: Terra trabajaba (y dormía) con Deathstroke, todos los Titanes (a excepción de Dick Grayson) fueron derrotados y capturados, y Nightwing y Jericho estaban en el medio de una tentativa casi imposible de rescate en el corazón de los cuarteles de H.I.V.E.. Ninguna duda, todo apuntaba a esto. Terra seguiría siendo la villana, o recobraría el sentidos y salvaría el día. Todavía me recuerdo mirando la portada, intentando conjeturar la respuesta. Perez hizo clara la elección: en un lado estaban todos los Titanes, en el otro estaban Deathstroke y el H.I.V.E. Terra estaba en el centro, su cabeza echada levemente hacia atrás hacia Changeling, que parecía rogar por su rescate. Para jugar con nuestras cabezas aún más, Perez agregó dos líneas de preocupación en la cara de Terra, como si ella luchara también con la decisión. Hice mi conjetura. No había manera que Terra fuera realmente malvada. La redención vendría algunas páginas más allá.

Cuarenta páginas más adelante, Terra estaba muerta. Sacudía mi cabeza mientras la escena se desarrollaba. Changeling le pidió que recobrara el sentido. . . él rogó y rogó. . . pero la rabia de Terra consumía todo. Recordando la portada, seguí esperando que ella mirase para atrás a él y viese amor verdadero. O esperanza. O la familia que la amó. Pero nunca lo hizo. Los ojos de par en par con locura, ella atacó con una crueldad nunca vista en un comic -- y al final, mientras llovía una montaña de rocas autopropulsadas que la enterró, esa rabia -- literal y figuradamente – la mató. Sacudí mi cabeza. De ninguna forma ella podía estar muerta, me dije. No me importa lo que el narrador omnisciente dijo. Conozco mis comics. Héroe o villana, Terra era un personaje demasiado bueno. Hasta que encuentren un cuerpo. . . Encontramos el cuerpo de Tara, dijo Wonder Girl una página más adelante. Di vuelta a otra página del lado derecho y allí estaba Changeling. . . arrodillado, agarrando el cadáver roto de Terra mientras los brazos de ella caían sin vida hacia la tierra. Autodestrucción completa.

Todavía no puedo creer lo que hicieron. Hace algunos años, leí en una entrevista a George Perez que Terra fue creada para morir, y nunca planearon tomar la salida fácil repentinamente escribiendo el final feliz. Espero que sepan cuánto me afectó esa decisión como escritor. Dejando viejas novias y fetiches adolescentes de lado, fue una de las historias más desgarradoras que yo haya leído jamás. Tomaron a gente con capas y cinturones con utilitarios y los hicieron verdaderos -- y en el momento en que más los amamos. . . en el momento en que abrimos los brazos para abrazarlos. . . Wolfman y Perez clavaron puñales de hielo bajo nuestras axilas e hicieron una cosa que ni Marvel ni DC habían tenido los huevos para hacer antes -- la mantuvieron como villana y la mataron. Ella tenía dieciséis. No tuvo redención. No se escuchó ninguna canción alegre durante los créditos del final. El lado pulp del género lo tiene claro – siempre es mejor cuando la femme fatale muere al final --pero en los comics, nunca había sido hecho antes. ¿Y el lado del traidor de la historia? Wonder Man, Falcon, Black Panther, e incluso Snapper tuvieron membresía honoraria. Terra consiguió una lápida con su nombre escrito sobre ella.

Al día de hoy, el Contrato de Judas es una de las pocas historias que realmente me sorprendieron -- no sólo por el final, sino por cómo despellejó mis emociones. Como les dije, Terra me mintió, me traicionó, y pisoteó mi confianza con sus tacones de seis pulgadas. Sin ninguna duda, amé cada segundo de esto.

por Brad Meltzer

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