Gear
de Doug TenNapel
Image Comics

Hace mucho, mucho tiempo atrás (bueno, quizás no tanto) cuando yo era un jovenzuelo ávido de diversión (bueno, quién no lo era), estaba completamente enloquecido con una máquina de videojuegos que había en una de esas casas de juegos en la que varios perdieron gran parte de su adolescencia. Recuerdo haber llegado casi a un orgasmo de placer cuando conseguí que una copia de ese juego corriera en mi pobre PC de ese entonces. Y más aún cuando conseguí la segunda parte de ese juego. Y no era para menos, ¿quién a mi edad no estaría subyugado por una lombriz con traje de astronauta que luchaba en diversos lugares del espacio exterior? Ese juego se llamaba
Earthworm Jim, y forma parte de uno de mis recuerdos más queridos de mi Era Pre-
PC-histórica. Los años pasaron, y cuando vi en el catálogo de
Previews que
Image reeditaría uno de los primeros trabajos independientes y casi inconseguibles (bah, si tenés mucho dinero, estas cosas siempre hay formas de conseguirlas) de
Doug TenNapel – el creador de ese legendario videojuego tan querido por mí – no dudé en encargarlo. El día llegó, recibí este libro, y ya me lo devoré.
Gear fue originalmente una miniserie en blanco y negro de seis capítulos que salió a fines de los ’90 editada por
Fireman Press, que ahora regresa como una novela gráfica de 160 páginas a todo color publicada por
Image Comics. Y trata sobre gatos, perros, insectos y robots.
Bueno, decirlo así suena un poco insulso, así que lo digo de nuevo… trata sobre una violenta y sangrienta guerra entre perros, gatos e insectos causada por la posesión de un mecanismo prohibido, uno tal que el que lo poseyera obtendría el poder definitivo. Los cuatro gatos protagonistas encuentran un robot gigante que los ayudará en su utópica búsqueda de este mecanismo, pero esto no significará que todo será más fácil en su camino. La narrativa de
TenNapel es muy divertida, suelta, por momentos irreverente y explícita, aunque a veces es más agradable la resolución de pequeños momentos en la historia que la historia principal en sí, como si se gastase más energía en esos momentos que en la confrontación final. Pero eso no importa, en estos días uno puede disfrutar de la inspiración que
TenNapel tenía en su juventud cuando ideó este material, que ahora viene realzado un ciento por ciento con esos colores planos puestos en los lugares que corresponde. Un material para tener en cuenta si se quiere leer algo fuera de lo acostumbrado.
Hulka: Mujer verde soltera busca
de Dan Slott, Juan Bobillo y Paul Pelletier
Marvel Comics / Panini

Bien, aquí debo explicar algo. La mayoría de comics norteamericanos que leo mensualmente están en inglés, y hay veces que se me escapan algunas cosas debido a que si uno tiene un presupuesto mensual finito para material de lectura no se puede llevar absolutamente todo de la comiquería. Y entre esas cosas que se me escapan algunas son asignaturas pendientes, cosas que me debo para otro momento, cosas por las que supongo que me estoy perdiendo de algo por no haberlas agarrado a tiempo. Una de esas cosas era la nueva serie mensual de
She-Hulk, o dicho entre nosotros,
Hulka. Decidí no comprarla en su momento porque cuando puse las cosas en la balanza del lado positivo estaba que contaba con el maravilloso arte de
Juan Bobillo (y si no leíste
Anita, la hija del Verdugo, te estás perdiendo algo importante)… y nada más. Cuando fue anunciada esta serie, obviamente uno indefectiblemente cae recordando la etapa de
John Byrne de este personaje (una de las mejores cosas – si no la mejor – que escribió el Señor
Byrne), y el saber que esta serie estaba escrita por un ignoto
Dan Slott no era seguridad de nada. Vamos, que ya del lado de
Marvel por esos días me había quemado con la serie (transformada en miniserie) de
Venom y algunos otros tantos relanzamientos a toda pompa como el
Rawhide Kid y el
Capitán América negro. Y pensé para mí: “
esta vez no me agarran”. Bueno, me equivoqué de nuevo. La
Hulka de
Dan Slott sorprende, mezclando al querido género de los superhéroes con el de sit-coms como
“Boston legal” o
“Ally McBeal”, dando como resultado un material bullicioso, agradable y que se diferencia de la mayoría (o de todo, seamos sinceros) de lo que podemos leer publicado por
Marvel en estos días. Y leer un material en tono de comedia sobre un bufete de abogados que se ocupa de litigar en casos en los que están vinculadas acciones superheroicas y metahumanas es algo realmente refrescante. La edición de
Panini en tomo recopilatorio (de 6 números) es muy buena. Espero que el futuro próximo de la
Civil War no vaya a estropear el tono ameno y festivo de esta genial serie.
Green Arrow (Volume 3) #60 - #69
de Judd Winick, Scott McDaniel y Andy Owens
DC Comics

Otra puesta al día en material de lectura que me había quedado atrasado: Las aventuras de
Flecha Verde un año después de la
Crisis Infinita. Primero, y como si me estuviera haciendo un autoanálisis, debo explicar las razones de por qué me quedaron estas revistas formando una pilita en el
“debe”, cuando
Oliver Queen es uno de mis personajes favoritos. Y la respuesta es simple, creo yo: por
Judd Winick. Sinceramente, luego del gran relanzamiento de esta serie escrito por
Kevin Smith y la mejor continuación escrita por
Brad Meltzer, lo que
Winick tenía para contar en las páginas de
GA llegó al punto de no interesarme en lo absoluto. Yo al momento en que se revela que la nueva
Speedy era portadora de HIV sentí como si este escritor estuviese dando manotazos de ahogado para llamar la atención, y lo peor fue que no me preocupó demasiado la suerte de este personaje. Pero bueno,
Green Arrow #59 termina con el villano
Merlyn dejando a
Green Arrow herido mortalmente y al
Dr Light demoliendo a explosiones barrios enteros de
Star City. Y ahí la serie pega el salto de un año… Y ahora
Oliver Queen es el Alcalde de
Star City, elegido por voluntad popular. Bien, ya con esto esta serie volvió a capturar mi atención ya que
Oliver siempre fue un tipo con raíces políticas y hacía rato que nadie se acordaba de esto. Y vemos que en
Star City la discriminación es muy parecida a lo que se vive en algunas ciudades de este mundo real, y que no en todos los rincones del
Universo DC la gente está preparada para ver a superhéroes de color o gays, es más, no está preparada para ver gente común de color o gay. Ahora estos cuestiones sociales se están introduciendo de una manera más fluida y natural en estas páginas, y no forzadas como me pareció se hizo en el pasado. Un punto para el señor
Winick. Es interesante ver a
Oliver Queen como Alcalde, tomando decisiones que afectan incluso a su alter ego. Además el arte de
McDaniel vuelve a brillar como lo hizo en los tiempos de
Nightwing (no como se opacó en las páginas de
Superman). En estos 9 números se pueden leer dos sagas: en la primera - que sirve como presentación del
Alcalde Queen - lo vemos enfrentarse nuevamente a
Deathstroke, quien tiene un plan más oscuro que lo evidente; y en la segunda nos enteramos de lo que hizo y dónde estuvo
Oliver durante todo el año que transcurre en las páginas de
52. Una lectura entretenida y bastante grata, que obviamente no me ha transformado en fanático del señor
Winick pero que lo rescató de la “
zona de descenso”. Y el nuevo traje de
Green Arrow, con capucha y muy parecido al de la época de
Mike Grell, está muuuuy bueno.
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