Había una vez en el mundo de los comics hasta no hace mucho, una regla tácita general a la que toda editorial respetable adhería:
En los comics nadie permanece muerto salvo el tío Ben, Kara Zor-El (Supergirl), Barry Allen, Jason Todd y Bucky. Parecería ser que el
Nuevo Milenio ha traído nuevas reglas, o que las viejas ya han caducado. Podría decirse que la regla nueva diría:
En los comics nadie permanece muerto porque las ventas lo deciden así.
Comienzo recordando esta pequeña anécdota para afirmar que en estos días, resucitar resucita cualquiera. Hace unos años atrás se llegó a un punto casi ridículo cuando en un número de
Daredevil de la saga escrita por
Kevin Smith,
Mysterio sacó un arma y se disparó en la cabeza, suicidándose… para al mes siguiente aparecer vivo nuevamente en las páginas de un comic de
Spider-man. Este error (horror) editorial fue justificado más tarde diciendo que este
Mysterio que luchó contra
Spider-man era
Daniel Berkhart, un viejo amigo de
Quentin Beck (el
Mysterio suicida) y un previo
Jack O'Lantern que había asumido la identidad de
Mysterio durante un periodo en que
Beck había fingido su muerte, y que había vuelto a ese rol después de que
Beck murió. Pero finalmente, en
"Friendly Neighborhood Spider-Man #12",
Berkhart fue confirmado como el
segundo Mysterio… por el mismo
Quentin Beck que volvió de la muerte. Fijensé semejante bollo, y para un personaje de cuarta línea como
Mysterio…

Decía un refrán
“los muertos que vos matáis gozan de buena salud”, y así parece.
Barry Allen no resucitó pero cada vez que puede aparece corriendo desde el futuro, o dentro de la Speed Force;
Kara Zor-El ahora volvió a la Tierra
por primera vez desde Kryptón y protagoniza su serie regular; el
Tío Ben apareció vivo en una saga de
Spider-man viniendo desde una
realidad alternativa (es el último as en la manga de los escritores);
Jason Todd a pesar de los miles de lectores que votaron por su muerte volvió de los muertos a golpes… a golpes de
Superboy Prime, ja; y
Bucky… ahora volvió traído por los Rusos como el
Winter Soldier. Borrón y cuenta nueva.

Hagamos un relevamiento de los Cementerios de los Universos Comiqueros… ¿
Hawkeye? No está muerto, al menos eso pareció en uno de los últimos números de
New Avengers. ¿
Jean Grey? Protagoniza más muertes y reencarnaciones en miniseries mutantes, total ella es
Fénix, y el
Fénix renace de sus cenizas. (Esta chica debe haber tenido más muertes que relaciones sexuales con
Cíclope) ¿
Thor? Ya está por dejar el nicho en
Ragnarok porque se viene una serie nueva protagonizada por él (y no su clon, según juraron los creativos de
Marvel). ¿
Coloso? Luego de ser víctima del
Virus del Legado volvió inesperadamente en las páginas de
Astonishing X-Men. ¿
Hal Jordan? Y bueno, ya dejó de ser el
Espectro para volver a ser un
Linterna de carne y hueso. ¿
Superboy? Este fiambre es bastante reciente, y creo que seguirá muerto por cuestiones judiciales de
DC con los herederos de sus creadores… aunque bien podemos ver ya aparecer al
Joven Superman junto a la
Legión en versión animada. ¿El
Capitán Marvel de
Marvel? No hablemos de eso, por favor…
¿Qué tan grande puede ser el sacrificio de un héroe cuando se sabe que tarde o temprano vuelve a renacer?
La muerte de Superman fue todo un suceso en su momento, allá a comienzos de los noventas. Trajo de regreso a viejos lectores que habían abandonado a esta serie, y a nuevos lectores curiosos y quizás motivados por el morbo. Era asombroso pensar que se había decidido acabar con el último sobreviviente de un extraño planeta, con el boy-scout más querido de todos, con el extraterrestre más norteamericano de todos. En un comienzo se pensó que su muerte significaba el pase del legado de
Superman a otro superhéroe, como quizás pudo ser
Connor Kent, y causaba cierta intriga enterarse qué iba a suceder dentro del Universo Comiquero sin semejante ícono. Pero, como ya sabemos, esto resultó ser en lugar de la
Muerte de un Super Ícono, el
Nacimiento de un Super Esquema de Comercialización: Miniseries basadas en el evento, creación y renovación de personajes… y al año todo volvió casi mágicamente al lugar en que estaba. Podríamos agregar que casi simultáneamente, en las páginas de
Batman no sucedió una muerte pero fue algo parecido: a
Bruce Wayne le quebraron la columna vertebral en una lucha, fue reemplazado por
Azrael como
Batman, y al año… se curó y volvió a ser
Batman. No es que las muertes en los comics sean cosas de los noventas, lo que fue inusitado fue la repercusión fuera de los comics de estos eventos. Noticieros, diarios, revistas del espectáculo, todos hablando de estos sucesos acontecidos en un mundo de ficción tomándolos con una relevancia pocas veces vista. Después de estos, nada volvió a ser verosímil dentro de los comics. Sabemos que tarde o temprano algún escritor borrará con el codo lo que otro (o él mismo) escribió con la mano.

Y yo creí que nunca más se iba a volver a ver algo como eso, y me equivoqué. Esta semana vimos nuevamente que el mundo se conmovió por un suceso acontecido dentro del mundo de los comics:
La muerte del Capitán América. Una repercusión que realmente no llego a comprender (y no voy a tratar de pensar qué noticias realmente importantes se están tapando con una novedad como ésta). Notas en la CNN, miles de páginas informativas en la web haciendo análisis del significado de este suceso, periódicos, programas de televisión por todo el mundo haciéndose eco de esto. Y ni siquiera es la primera vez que el Capitán América muere. Hace alrededor de treinta y ocho años atrás ya pasamos por la “
muerte del Capi”. Esto obviamente puede que haya sido olvidado, ignorado o desconocido por escritores y lectores de estos días, pero lo que creo que ningún comiquero puede olvidar, ignorar o desconocer es que el Capitán está lleno del
Suero del Super Soldado, una cosa que no le da superpoderes pero sí mejora a su cuerpo al punto de que probablemente tenga una especie de factor de curación para que este soldadito de la Segunda Guerra pudiera o pudiese soportar balaceras, cañonazos, peleas cuerpo a cuerpo, etc. Y esto hace que sea difícil de digerir que este personaje pueda morirse gracias a uno o dos disparos de un francotirador. Mierda, si hizo lo que
Walt Disney no pudo: revivió después de estar años congelado dentro de un cubo de hielo. Que se yo, sinceramente hubiera preferido que se muera en manos de
Iron Man o de algún otro superhéroe.
No sé, las cosas ahora no son como eran a principio de los noventas. Ya sabemos que la muerte en los superhéroes es sólo un trámite para elevar las recaudaciones mensuales, y que el primer y único caído en esta batalla del que no vamos a ver una reencarnación es la
ingenuidad de nosotros, los lectores.
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