domingo, mayo 30, 2010

Esta semana en el Día Más Brillante - Parte 7

Otro domingo más en el que hacemos un resumen de todo lo que salió publicado esta semana relacionado con el Día Más Brillante, evento dentro de las páginas de los comics de DC. Y esta semana las sospechas de los más desconfiados se hicieron una realidad. La sensación que El Día Más Brillante iba a ser una miniserie autocontenida que iba a influir a otras series y nada más parece que sólo será eso: una sensación.

Cuando leemos las páginas del Green Lantern #54 nos encontramos con Hal, Sinestro y Carol tocando juntos la extraña linterna blanca caída en Nuevo México, y…¿qué pasa? Tenemos una revelación de que las cosas son más grandes de lo que parecían ser, y que no nos va a alcanzar con leer sólo la serie de Brightest Day para tener idea de todo lo que pasará en esas páginas. Ojo, no me quejo, es sólo una observación en cuanto al presupuesto destinado a este evento por algunos lo que cambiará... O no… De hecho es casi seguro que los que estén leyendo la mini Brightest Day están leyendo Green Lantern. ¿Por qué esta escena aparece en estas páginas y no en las de la mini? Vaya a saber lo que prepara Johns.
Luego de esta escena nos metemos de lleno en la presentación de las entidades emocionales que guían (podríamos decir así) a cada anillo de color, y se nos revela un secreto que será ciertamente el núcleo de los problemas en capítulos venideros, relacionado con Sodom Yat (y la entidad Ion), quien vuelve a aparecer luego de un tiempo de ausencia en estas páginas. Pero lo que es realmente un gran acierto en este comic es el protagonismo de Atrocitus, quien se ha instalado en Nueva York acompañado de Dex-Starr, el gatito iracundo. Johns sigue haciendo crecer a estos personajes, explorando motivaciones de esa furia y dosificando con exactos momentos de comedia para poner un poco de ligereza en la historia y no hacer la cosa tan seria y dramática. Como siempre, Doug Mahnke sigue dando cátedra de dibujo en estos paneles.

Green Lantern Corps #48 marca el inicio de una nueva etapa bajo el equipo creativo de Tony Bedard y Ardian Syaf. Obviamente, todo lector de esta serie tenía ciertas reservas con este cambio, ya que Tomasi y Gleason parecían ser irreemplazables para ese trabajo. Bueno, hay que ser sinceros y estar completamente tranquilos, amigos. Éste sigue siendo el comic que tanto nos gusta leer mes a mes. Seguimos viendo a los personajes tratados con respeto y todos de igual manera, desde los más populares y conocidos hasta los recién llegados. Las páginas se leen de un tirón, fluyendo como agua, con una buena historia planteada por Bedard y un arte agradable y eficaz realizado por Syaf. Aquí vemos la presentación de Ganthet de Oa como Linterna Verde del Sector Cero en una escena cargada de emoción y asombro.
Se nos adelanta además que la amenaza más grande que tendrán los Corps en estas páginas por los meses que vendrán no será otra que la impuesta por los Alpha-Lanterns, y de más está decir que todo esto va a estar relacionado con acontecimientos sucedidos durante la Noche Más Negra. Tiene un clima más oscuro que la serie regular de Green Lantern, por no tener pasos de comedia entre los personajes. Esto hace que la serie no parezca estar demasiado afectada por el brillo de “Brightest Day”. Esto no va en detrimento del título, está en buenas manos, y esperamos ver hacia adónde va esta intrincada historia.

El último título relacionado con el Día Más Brillante que apareció esta semana fue Justice League: Generation Lost #2. No se cuántos de ustedes que están leyendo este título estarán de acuerdo conmigo en esto, pero esta Generación Perdida para mí lo que más perdió es humor. Toda la historia transcurre en un clima amargo, desolado, lleno de angustia, nada más lejano a este grupo de personajes. El planteo es simple, casi es un calco de lo que sufrió Ted Kord antes de la Crisis Infinita. Booster, Fire, Ice y el Captain Atom deben detener a Maxwell Lord sin la ayuda de ninguno de los otros superhéroes del Universo DC, que descreen de lo que este grupo les dicen, debido a que Lord mediante un truco borró su existencia de los recuerdos de todos menos de ellos. Así estos cuatro desdichados sufren no sólo una desacreditación general sino también aislamiento y despidos de las labores que realizaban.
Y todo esto sin el menor chiste, sin un paso de comedia que libere la presión generada por la situación. A diferencia de la falta de humor en las páginas de Green Lantern Corps, aquí da la sensación que esta carencia afecta al material de lectura. Creo que nunca leí nada en donde se lo viera tan triste y depresivo a Booster. La historia no adelanta demasiado de lo que se había planteado en el primer capítulo. Hasta ahora, de “brillante” no hay nada en estas páginas. Ya se, carga con el karma de ser una “continuación” o una re-entrada al Universo DC del comic más parecido a una sitcom que haya existido jamás. Veremos como sigue todo esto de acá a quince días.

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